EEUU aumenta la presión sobre Siria mientras prosigue la violencia

  • Estados Unidos abrió hoy un nuevo frente en la campaña de presión y aislamiento político al régimen sirio con su decisión de reducir su contingente diplomático acreditado en Damasco.

Javier Martín

Damasco, 12 ene.- Estados Unidos abrió hoy un nuevo frente en la campaña de presión y aislamiento político al régimen sirio con su decisión de reducir su contingente diplomático acreditado en Damasco.

Washington ha tomado esa medida pocas horas después de que el reportero francés Gilles Jacquier se convirtiera en el primer periodista extranjero muerto durante la revuelta siria.

Jacquier perdió la vida, junto con ocho ciudadanos sirios, cuando un proyectil estalló ayer, miércoles, en una manifestación en favor del régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, en la ciudad de Homs, adonde por primera vez se había podido desplazar un grupo de periodistas extranjeros invitados por el gobierno de Damasco.

La decisión adoptada por Washington supone un paso más en el giro diametral que la política estadounidense dio hace exactamente un año cuando decidió poner punto y aparte a su táctica de boicot y enviar de nuevo un embajador a Damasco tras años de ausencia.

Fuentes de la legación norteamericana en Damasco confirmaron a Efe que la iniciativa del Departamento de Estado, que también ha pedido a sus ciudadanos que no viajen al país árabe, se alinea con el protocolo de seguridad de las misiones en el exterior.

"Se ha ordenado a un número de personas que abandonen la capital a la mayor brevedad", señaló el funcionario.

Los responsables estadounidenses, preocupados por el incremento de los ataques como el que el miércoles segó la vida del reportero de la televisión France 2 cuando trabajaba en la localidad de Homs, temen que se repitan los incidentes del pasado julio, fecha en que fueron agredidas las embajadas de Washington y París.

Tres meses después, la Casa Blanca retiró el embajador, Robert Ford, aunque el diplomático regresó el 6 de diciembre.

El movimiento estadounidense coincidió con la decisión tomada hoy por otros dos observadores de la delegación de la Liga Árabe de abandonar la misión, después de que el miércoles uno de ellos la calificara de "pantomima".

El observador argelino Anwar al Malek dijo a la televisión por satélite catarí Al Yazira que tenía dudas sobre la utilidad, y que sentía que ayudaba más al régimen sirio que a destapar los crímenes que dijo haber visto.

Horas antes, el jefe de la misión, el general sudanés Mohamad Ahmad Mustafa Al Dabi, había criticado con dureza las declaraciones de Al Malek, al que acusó de no haber salido del hotel durante la visita a Homs.

La misión arrancó el pasado 26 de diciembre, tras una dura negociación entre el régimen sirio y la organización regional por las atribuciones de la misma.

Su objetivo es certificar que Damasco cumple con un plan árabe para poner fin a los 10 meses de violencia y represión policial que sacuden el país, que incluye la retirada del Ejército de las calles y el diálogo con la oposición.

Mientras la coyuntura política se deteriora, la violencia se recrudece en todo el país, incluido Damasco, donde anoche cuatro soldados perdieron la vida al estallar una bomba al paso de su convoy.

Al menos 25 personas fallecieron hoy en Siria, la mayoría en los bastiones opositores de Idleb y Homs, en una nueva jornada de violencia pese a la presencia sobre el terreno de la misión de observadores árabes.

Diez de las víctimas perecieron en la provincia central de Homs, nueve en la septentrional de Idleb, cuatro en la oriental de Deir el Zur, una en Hama (centro) y otra en Duma, en los alrededores de Damasco, según el último recuento difundido por los opositores Comités de Coordinación Local (CCL).

La situación en estas zonas es incierta, ya que las autoridades sirias no permiten a los informadores viajar hasta ellas, y cuando lo hacen, como el miércoles en Homs, evitan igualmente las zonas más conflictivas.

El gobernador de la provincia de Homs, Ghasan Abdelal, decidió hoy formar una comisión de investigación para aclarar las circunstancias del ataque que causó la muerte a Jacquier y a los ocho ciudadanos sirios.

Sin embargo, parece que la propia oposición está divida y carece aún de un frente unitario.

Activistas laicos, miembros de los Hermanos Musulmanes y opositores en el exilio difieren en los medios y en las formas en la que alcanzar los objetivos.

Por otra parte, Nikolai Patrushev, director de la Seguridad del Kremlim, dio hoy a entender que se avanza en la posibilidad de una intervención extranjera en Siria.

"Hemos tenido acceso a información que dice que miembros de la OTAN y algunos países del golfo Pérsico miran hacia lo ocurrido en Libia y se inclinan por una intervención indirecta", dijo Patrushev en una entrevista concedida al diario ruso "Kommersant".

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