El ADN de las bacterias, una nueva baza contra el delito

Madrid, 12 oct.- La Guardia Civil está aplicando con éxito los primeros ensayos de secuenciación de material genético de las bacterias, una "huella dactilar" que permite relacionar el escenario de un delito con las pruebas y que va más allá del campo forense.

De momento, sólo Australia y los Países Bajos experimentan con esta técnica pionera, explica a EFEverde el director del laboratorio de Medio Ambiente de la Guardia Civil, Carlos Atoche, cuyo departamento celebra su décimo aniversario.

"Las bacterias se aislan, se cultivan y se secuencian en el laboratorio (de microbiología de la Guardia Civil)" para averiguar "si las bacterias están emparentadas entre ellas" y, de este modo, confirmar el nexo entre el escenario y el causante del suceso.

Esta técnica, que aún debe consolidarse, también tiene aplicaciones en el medio ambiente, añade Atoche, acompañado por el responsable del departamento de química inorgánica del Laboratorio, Francisco Alamilla.

La secuenciación de las bacterias podría servir para caracterizar el vertido de un río que procede de una granja muy alejada del foco del suceso -mediante el análisis de la flora microbiana-; relacionar un incendio con el sospechoso de iniciarlo o bien identificar animales para perseguir el tráfico de especies protegidas.

Aunque su labor, en ocasiones, tiene una vertiente forense, ya que los resultados de sus análisis pueden aclarar un hecho delictivo, el laboratorio de Medio Ambiente de la Guardia Civil, que elabora alrededor de 200 informes anuales, mantiene diversas líneas de trabajo en análisis de suelos, residuos sólidos, incendios y contaminación de agua, entre otras.

El laboratorio también tiene abiertas líneas de trabajo en el campo fitosanitario (venenos y tóxicos), control de emisiones industriales de gases contaminantes; amiantos, lodos y suelos contaminados.

Actualmente, colabora con la Fiscalía de Medio Ambiente en la medición de la calidad del aire de Madrid y Barcelona, instalando equipos móviles en puntos donde no se suelen ubicar las estaciones de control de la contaminación.