Londres, 1 ene.- El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, hizo hoy un llamamiento a los ciudadanos británicos para que no den por perdida a la generación de jóvenes del país, a raíz de los disturbios callejeros ocurridos en Inglaterra entre el 6 y el 10 del pasado mes de agosto, que conmocionaron a la sociedad.
En su mensaje de Año Nuevo, el arzobispo indicó que existe "un hábito nacional de ser suspicaces y hostiles" hacia los grupos de jóvenes y recordó que los implicados en los altercados violentos de agosto fueron "una minoría".
Rowan Williams aludió así a la ola de violencia callejera sin precedentes que se desató en Inglaterra el pasado verano, que se inició en Londres y se propagó a otras ciudades inglesas.
Entre los actos vandálicos registrados hubo enfrentamientos entre grupos de jóvenes y la Policía, cuyo papel llegó a ponerse en tela de juicio, ardieron edificios enteros en barrios como Croydon o Ealing y grupos de jóvenes saquearon comercios y destruyeron vehículos.
Esa oleada de vandalismo se inició en el humilde barrio de Tottenham, al norte de Londres, y adquirió proporciones inesperadas en días posteriores.
El detonante fue una pequeña marcha pacífica de protesta por la muerte de un joven a disparos de la Policía, el día 4 de agosto, que dio lugar a una sucesión de disturbios a escala nacional.
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