El botox cumple 21 años convertido en el tratamiento estético estrella

  • Madrid.- El botox, fármaco que paraliza temporalmente los músculos, acaba de cumplir 21 años convertido en el tratamiento estético estrella más utilizado en España, aunque el 50 por ciento de sus aplicaciones en este país van dirigidas a la salud.

El botox cumple 21 años convertido en el tratamiento estético estrella
El botox cumple 21 años convertido en el tratamiento estético estrella

Madrid.- El botox, fármaco que paraliza temporalmente los músculos, acaba de cumplir 21 años convertido en el tratamiento estético estrella más utilizado en España, aunque el 50 por ciento de sus aplicaciones en este país van dirigidas a la salud.

La toxina botulínica es el producto con mayor número de aplicaciones médicas y estéticas, ha señalado hoy Ricardo Ruiz, jefe de Dermatología de la Clínica Ruber, en una rueda de prensa celebrada en un simposio organizado por la Fundación Ramón Areces.

El doctor ha explicado que la mitad de los tratamientos que se realizan con este fármaco en España son para indicaciones como la sudoración excesiva, migrañas, parálisis faciales, dolores crónicos, estrabismo y contracciones musculares, entre otros, aunque es popularmente conocido por su empleo en la corrección de arrugas.

Ruiz ha apuntado que la frecuencia con que se usa para suavizar los rasgos de expresión está disminuyendo, entre cada cuatro y seis meses, ya que las dosis que se inyectan son cada vez menores.

"Lo fundamental cuando se usa la toxina botulínica en estética es mantener la expresión de la persona", ha esgrimido el experto, quien ha aseverado que "no se trata de quitar arrugas a toda costa".

La doctora Louann Brizendine, neuróloga de la Universidad de California, ha aludido a la importancia de los gestos de la madre en el desarrollo emocional de sus hijos.

Por ello, se ha preguntado cuál será el efecto en los niños cuyas mamás se han quedado sin expresión por el uso indiscriminado de la toxina botulínica.

El jefe de Dermatología de la Clínica Ruber ha explicado que en la "cultura mediterránea" se valoran los gestos y los dermatólogos deben mantenerlos.

Ha apostado por "no hacer caso de elevadas dosis de toxina que aparecen en muchos libros y artículos, ya que, además de producir resultados no naturales, aumentan el porcentaje de complicaciones".

El especialista ha confesado que a la hora de aplicar el botox se puede elegir entre la escuela mediterránea y la estadounidense, que emplea más dosis y menos puntos de inyección.

"En la cultura americana no gustan nada las arrugas y las caras están sin expresión, planchadas", ha comentado, siendo éste un hecho que se puede constatar en los rostros de algunas actrices de Hollywood.

Ruiz ha argumentado además que, a medida que se va aplicando esta técnica, hay un efecto a nivel del sistema nervioso central que "va educando la musculatura".

Se ha referido, concretamente, a un estudio realizado con unas hermanas gemelas en la que una de ellas estuvo diez años utilizando el botox en el rostro mientras que la otra no.

Retirado el tratamiento, se comprobó que en la primera habían disminuido mucho las arrugas, lo que da muestra de que la musculatura aprende con la toxina botulínica a prevenir los gestos marcados de expresión.

Este fármaco, aprobado en Estados Unidos en 1989 para su uso en estrabismo, impide que el nervio dé la orden al músculo que debe contraerse y, una vez inyectado, se localiza en las terminaciones nerviosas que lo "inervan".

Esta orden se hace a través de un neurotransmisor que se llama acetilcolina, cuya liberación impide la toxina botulínica, lo que a su vez evita la contracción muscular.

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