El cardenal Maradiaga califica de "infiernos" las cárceles de Latinoamérica

  • El cardenal arzobispo de Tegucigalpa, Óscar Rodríguez Maradiaga, ha expresado hoy su deseo de que la tragedia de la cárcel de Comayagua (Honduras) sirva para hacer ver que las prisiones en Latinoamérica son "auténticos infiernos" y que hay "todo un sistema que tiene que cambiar".

Las Palmas de Gran Canaria, 27 feb.- El cardenal arzobispo de Tegucigalpa, Óscar Rodríguez Maradiaga, ha expresado hoy su deseo de que la tragedia de la cárcel de Comayagua (Honduras) sirva para hacer ver que las prisiones en Latinoamérica son "auténticos infiernos" y que hay "todo un sistema que tiene que cambiar".

El cardenal Maradiaga ha explicado que, por la información que ha recibido hasta ahora, es probable que el incendio que costó la vida a 360 internos en la Granja Penal de Comayagua se debiera a un accidente eléctrico más que a un "acto criminal", aunque también hay sospechas de que se preparaba una "fuga masiva".

Sin embargo, ha insistido en que estos sucesos deberían servir para que la sociedad latinoamericana tome conciencia del estado de sus cárceles y abandone "la cultura de la venganza" con la que suelen observarse los asuntos relacionados con las prisiones

"Las cárceles en el continente latinoamericano son auténticos infiernos y lo triste es que no hay esa conciencia en muchos ciudadanos. Va surgiendo, en cambio, una cultura de la venganza: 'Cometieron crímenes, que paguen por sus crímenes'", ha explicado.

El cardenal arzobispo de Tegucigalpa ha denunciado que los centros penitenciarios en Honduras son antiguos, tienen condiciones "muy precarias" y soportan un "hacinamiento espantoso", algo que "se repite en casi todo el continente".

"Además, a veces el personal que atiende las cárceles es personal con muy poca formación y, cuando ocurre una tragedia de estas, los responsables tienen miedo de prestar las llaves porque puede haber una fuga y ellos pueden ser los responsables", ha añadido.

El cardenal Maradiaga ha expresado, no obstante, su confianza en que lo ocurrido en Comayagua "sirva para que la comunidad ponga sus ojos en estos seres humanos que por el hecho de haber delinquido no pierden su dignidad como seres humanos y deberían ser tratados como tales".

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