Madrid, 13 ago.- Los trabajos de limpieza de la habitación que ocupó el sacerdote Miguel Pajares, que murió ayer a causa del ébola, en el Hospital Carlos III de Madrid han comenzado hoy y la descontaminación, que será la última de las fases, se prolongará durante cinco o seis horas.
La empresa Steris Iberia será la que realice la descontaminación de la sala de la sexta planta del centro hospitalario y sus empleados recibirán un curso de formación especial en materia de seguridad.
Tras la descontaminación, la habitación podrá volver a ser utilizada de manera segura, ya que se garantizará que se ha limpiado cualquier vestigio que pudiera existir en ella del virus del Ébola, que tiene un alto grado de propagación, siempre a través de fluidos corporales, y ha causado hasta el momento más de un millar de muertes en todo el mundo.
En declaraciones a Efe Televisión, el responsable de proyectos de Steris Iberia, Julián Pons, ha indicado que ya cuentan con planos de la habitación y están "diseñando los ciclos y viendo la ubicación de los equipos y la forma de acondicionar el espacio".
Esta es la primera vez que esta empresa trabaja en un lugar contaminado por ébola, a pesar de que son especialistas en descontaminaciones por virus infecciosos como por ejemplo, el antrax, contra el que emplearon su tecnología cuando fue enviado en sobres a la oficina de correos de Washington (Estados Unidos).
"Técnicamente no es un espacio difícil, porque no es una sala muy grande", ha informado Julián Pons.
En el Hospital Carlos III, continúa ingresada la religiosa de origen guineano y pasaporte español Juliana Bonoha, quien fue repatriada junto al padre Pajares desde Liberia, y que será sometida a una tercera prueba para descartar un posible contagio del virus del Ébola, cuyo resultados previsiblemente se conocerán mañana.
Fuentes del centro han indicado a Efe que los médicos evaluarán nuevamente el estado de salud de Bonoha, aunque "evoluciona favorablemente", y han recordado que el ingreso es "preventivo", ya que tiene que estar 21 días en periodo de observación, el tiempo de incubación de la enfermedad.
La hermana dio negativo en la primera prueba del ébola en Liberia y, cuando llegó a Madrid el pasado día 7, superó un segundo test, aunque se le diagnosticaron fiebres tifoideas.
Mientras tanto, al Carlos III siguen acudiendo con normalidad pacientes citados a consulta que continúan pasando estrictos controles para acceder al centro, donde son atendidos en la primera y segunda plantas, acompañados siempre por un funcionario en sus desplazamientos.
La mayoría de estos pacientes han manifestado a Efe que la situación en el centro es de "tranquilidad absoluta", que el personal es el mismo y va vestido "como siempre" e incluso hay quien afirma que ahora les tratan "mejor" que antes de que ingresaran los dos religiosos en el centro.
Otros, en cambio, han constatado que la afluencia de pacientes a las consultas es ahora "menor", quizá, han asegurado, porque "la gente tiene miedo de lo que hay en la planta sexta", donde permanece ingresada Bonoha.
"El miedo es libre; es normal tener miedo", ha confesado una paciente, que ha aprovechado para pedir que el Carlos III siga siendo el centro sanitario público de referencia para la atención de enfermedades infecciosas.
En este sentido, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) de Madrid ha reclamado que este centro sanitario, integrado en La Paz el pasado mes de noviembre, vuelva a ser un hospital de referencia para enfermedades contagiosas.
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, ha avanzado que sigue adelante el plan de sostenibilidad del Gobierno regional y "en breve se adjudicarán las obras y se harán las remodelaciones" precisas para transformar el Carlos III en un centro de media estancia, mientras que la Unidad de Atención de Enfermos Infecciosos, que hasta hace poco se encontraba en ese centro, seguirá estando en el Hospital de La Paz.
Por su parte, la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha aseverado que que, con la alerta sanitaria generada por el virus del Ébola, se ha demostrado que "tenemos un sistema de alertas que funciona perfectamente y unos protocolos que se cumplen".
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