"El centro derecha ha hecho más en materia social que los partidos de izquierdas"

"Estoy malito, papá". En el chapurreo propio de un niño de 2 años, Fernando intenta poner la misma excusa de cada mañana para no ir a la guardería. Pero su padre, el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad –'segundo' de Ana Mato–, Juan Manuel Moreno Bonilla (Málaga, 1970), no se lo cree.

"Todos los días enferma a la misma hora", explica su madre, Manuela Villena (Granada, 1980), mientras sirve un vaso de zumo de naranja para el mayor: Juanma, de 3 años.

Estamos en el barrio madrileño de la Alameda de Osuna, en un piso amplio y sencillo. A pesar de los horarios de sus agendas, procuran "conciliar al máximo". A este malagueño (y malaguista) le gusta predicar con el ejemplo y no tiene miedo de hacer políticas sociales en un momento en el que la percepción de desmantelamiento del Estado del Bienestar es mayoritaria.

"Juan Manuel suele llevar al pequeño a la escuela infantil los días que puede. Yo llevo al mayor al colegio y, por las tardes, soy la encargada de estar con ellos", cuenta Manuela con deje andaluz, mientras observo la postal familiar.

Juan Manuel Moreno interviene añadiendo que a él le toca "acostarlos por la noche, contarles cuentos inventados y pasar con ellos los fines de semana, si no hay actos oficiales, para permitir que mi mujer esté más libre". A simple vista, es un matrimonio que se reparte las tareas dependiendo de sus horarios. Ella es gerente de la Junta Municipal de Distrito de Barajas, en el Ayuntamiento de Madrid, y él, un hombre que trabaja "por y para la mujer"; un secretariado de Estado, el de Servicios Sociales e Igualdad, que regenta por primera vez un varón. Todo un hito.

10.00 horas

La jornada laboral comienza (fuera de casa) con Juan Manuel esperando a su 'jefa', la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, a las puertas de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, en la madrileña calle Alcalá. "Esto va por rangos: el más bajo recibe al más alto", me aclara. Y de formalismos sabe algo: es licenciado en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela.

Hay un encuentro informal con el director de la Oficina de Irlanda para la Prevención de la Violencia Sexual y de Género, Trevor Noonan, y con la directora de la Unidad para la Igualdad de Género de la Comisión Europea, Frédérique Fastré, dentro del Seminario Europeo de Buenas Prácticas para Erradicar la Violencia de Género, organizado en España hace un par de semanas. "Mi prioridad es disminuir la violencia de género. Y estamos trabajando con todas las administraciones públicas, desde el Ayuntamiento a las comunidades autónomas; que antes, se daban la espalda", asegura.

10.30 horas

Justo a la salida del encuentro, saludo de manera cordial a la ministra y me sorprende su alto nivel de inglés. Cabe recordar que fue diputada en el Parlamento Europeo entre los años 2004 y 2008. Ella ha confiado en Moreno para que trabaje por la mujer. De hecho, desde la Secretaría de Estado están centrados en fomentar una Alianza de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, que cuenta con 34 empresas (El Corte Inglés, Grupo Mahou-San Miguel, Mango o Repsol, entre otras) y "buscamos más".

Esta fórmula ha propiciado 3.500 contratos que han permitido la reinserción en el mercado laboral a mujeres víctimas de violencia de género. El próximo 13 de mayo, Mato inaugurará una Red de Empresas con el distintivo 'Igualdad en la empresa'. Se trata de una modalidad de negocio que tiene que ver con "la necesidad de implicar y recompensar a las empresas con prácticas de excelencia en igualdad de oportunidades de mujeres y hombres", dice Moreno.

Si algo que le preocupa es la "brecha salarial" que aún hoy existe, así como la necesidad de "incorporar a las mujeres a puestos ejecutivos en grandes empresas", sentencia. Y por "sacarle partido a ese 52&% de población que son las mujeres". Moreno es un hombre en un mundo de mujeres que tiene muy claro qué quiere. Es de los que piensa que "nosotros somos parte del problema, pero también de la solución". Cree que no tiene sentido que "haya desigualdad en los roles".

Países como Suecia, Noruega o Finlandia "tienen políticas de igualdad muy avanzadas: cogemos un poco de todo, vemos lo que marcha bien y lo implantamos" aquí, describe. En ese momento habla de su madre, que era trabajadora autónoma. "Aún recuerdo su 'quejío' cada vez que necesitaba pedir un crédito o hacer alguna gestión y siempre le preguntaban por mi padre". Esa "desigualdad absurda" con la que se crió le ha marcado. Es más, asegura que "la salida a esta crisis económica debe tener nombre y apellidos de mujer".

11.30 horas

Vuelta al despacho. Sorprende que, entre los muchos marcos de fotos que pueblan sus estanterías (porque lo usó la exministra de Igualdad, Bibiana Aído), destaca una fotografía de Clara Campoamor. "Una heroína de la que hemos heredado su tesón", dice. La otrora impulsora del sufragio femenino en España "no solo luchó porque tuviéramos una sociedad justa, sino por el respeto a la diversidad". Algo que él traslada a su secretariado de Estado: "El respeto a la mujer, a una persona de distinta raza, de distinto credo o condición sexual es de lo que debe impregnarse este lugar... La diversidad nos enriquece". Y la música que oigo me suena ¿socialista? Por eso le pregunto:

¿Está reñido hacer políticas sociales con ser de derechas?

Eso es una leyenda. Se puede hacer política social siendo del Partido Popular. Tradicionalmente, el centro derecha ha hecho más en materia social que los partidos de izquierdas.

¿Cómo piensa llevarlo a cabo en época de crisis económica?

Es necesario que haya crecimiento y ahorrar al máximo.

El tema, lejos de incomodarle, le hace crecer en su discurso. "Hay que estirar el euro público, el sector empresarial tiene que pujar para que el Estado pueda distribuir la riqueza y hacer políticas sociales más profundas. Con pocos recursos hay que priorizar, atendemos a los que menos tienen. Aunque a lo largo de esta legislatura habrá mejoría económica. Para cuando eso ocurra tenemos preparada una batería de medidas fiscales. Ahora estamos mirando mucho el euro público: hacemos políticas de andar por casa. Pensamos en cómo llegar a final de mes, como si fuéramos padres de familia".

12.00 horas

Observo cómo Juan Manuel Moreno prepara su discurso en el Seminario Europeo de Buenas Prácticas Contra la Violencia de Género. Un encuentro internacional para "aprender de las políticas sociales del norte de Europa". Asegura que le ha cambiado la vida. Que se empapa de todo. Y en ese afán por aprender, desde hace algo más de un mes, se ha embarcado en la inmersión lingüística.

Un par de días a la semana estudia inglés. "Un idioma que he perdido", me dice. Lo peor es la hora: de 15.30 a 16.30 horas, justo después de comer... "Tengo que echar mano del café, porque si no, no me entero de nada", confiesa con sorna. La lección del día son los estados de ánimo y Moreno le explica a su profesora que está tired (cansado). La noche anterior, Fernando, su hijo pequeño, tuvo fiebre.