El CIPF diseña un chip para la mejora genética de los cultivos de girasol

  • Científicos del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia han diseñado un chip para la mejora genética del girasol que permite, ante circunstancias de estrés y patógenos puntuales, catalogar las especies más rentables y potenciar la eficiencia de los cultivos.

Valencia, 22 abr.- Científicos del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia han diseñado un chip para la mejora genética del girasol que permite, ante circunstancias de estrés y patógenos puntuales, catalogar las especies más rentables y potenciar la eficiencia de los cultivos.

Este 'microarray' -dispositivo de análisis genómico diseñado por medio de la bioinformática- es el primero de estas características que se crea en el mundo y ya ha sido validado con éxito en cultivos de girasol, según han afirmado a Efe fuentes de la Conselleria de Sanidad.

El chip, diseñado por el Departamento de Bioinformática y Genómica del CIPF, acelera y abarata el proceso de mejora genética tradicional, ya que permite identificar los genes que se expresan en un determinado momento del cultivo.

El investigador principal de este Departamento, Joaquín Dopazo, ha señalado que mediante el microarray "se pueden obtener respuestas sobre el funcionamiento del cultivo ante diversos factores externos como la resistencia a la sequía o la tolerancia a enfermedades, de forma que es una herramienta aplicable a la mejora genética de las líneas cultivadas".

El microarray detecta los genes activos en distintas especies de girasol, y cataloga aquellos que funcionarían mejor en los cruces destinados a la mejora genética tradicional, según Dopazo.

De esta forma, los científicos pueden localizar qué genes que están actuando en determinadas circunstancias, y saber de antemano cuáles son válidos en determinadas condiciones, y sobre todo también, qué genes habría que descartar.

La herramienta desarrollada forma parte de un proyecto entre el Centro de Investigación Príncipe Felipe y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropearia de Argentina), a través del proyecto de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) para el desarrollo de la genómica en Argentina.

Según las fuentes, el equipo del CIPF ha puesto su experiencia en investigación genómica y en herramientas bioinformáticas al servicio de la mejora de los cultivos argentinos y de su eficiencia y rentabilidad.

Dopazo ha explicado que en los casos de sequía, el chip permite averiguar qué genes están activos en estas condiciones y son más resistentes a estas circunstancias.

Esto permitiría cruzar especies de una forma más controlada para obtener girasoles más resistentes a la sequía de una forma tradicional, más rápida y más económica que esperar a que crezca todo un cultivo para comprobar si funciona, ha agregado.

Según el científico, de esta forma el microarray acelera y abarata el cultivo del girasol y potencia la eficiencia, ya que facilita el diseño y la catalogación de especies más rentables a través del estudio de la actividad de sus genes.

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