El Cristo de la Vega y el Cristo expirado inundan los cobertizos de Toledo

  • Como cada Viernes Santo, las callejuelas y los cobertizos de Toledo se han llenado de vida esta madrugada al paso de las procesiones del Cristo de la Vega, una de las más queridas por los toledanos, y la del Cristo de la Expiración, austera, conocida como la del Silencio.

Lidia Yanel

Toledo, 18 abr.- Como cada Viernes Santo, las callejuelas y los cobertizos de Toledo se han llenado de vida esta madrugada al paso de las procesiones del Cristo de la Vega, una de las más queridas por los toledanos, y la del Cristo de la Expiración, austera, conocida como la del Silencio.

Por lo habitual silenciosas y poco transitadas, estas calles que rodean conventos y clausuras se han llenado durante la madrugada de cofrades, fieles y turistas que no han querido perderse las procesiones del primer Viernes Santo con el título de Interés Turístico Internacional, recién otorgado a la Semana Santa de Toledo.

Cuando a las doce de la noche la imagen del Cristo de la Vega ha salido desde la Catedral Primada, por la Puerta Llana, ya había personas que le esperaban frente a la puerta del convento de Santo Domingo el Real, aunque allí no ha llegado hasta las dos y cuarto de la madrugada.

A la una y media las puertas de Santo Domingo el Real se han abierto y la imagen del Cristo Redentor ha salido al pórtico del convento para recibir al Cristo de la Vega, que ha recorrido Toledo a hombros de veinte costaleros.

Una vez que ambas imágenes se han encontrado, frente a frente, los cofrades del Cristo Redentor han cantado el miserere entre el más absoluto silencio de los presentes y, después, el Cristo de la Vega ha seguido su camino, descendiendo desde el casco histórico hasta la vega.

Poco después de que el miserere acabara y el Cristo de la Vega enfilara la calle de Buzones y, después, la calle Real, las puertas del cercano convento de Santo Domingo el Antiguo se han abierto para que saliera en procesión, a las tres en punto de la madrugada, el Cristo de la Expiración, una talla de madera sin policromar, sobria, que muestra a Cristo muerto en la cruz.

En esta procesión del Silencio, los cofrades, de negro, rezan las estaciones del vía crucis y, de nuevo, al pasar por el convento de Santo Domingo el Real se entona el miserere.

Estas dos procesiones de madrugada son las primeras de un intenso Viernes Santo, en el que Toledo aún disfrutará con la procesión del Nazareno y la Soledad, poco antes de que nazca el día, y con las del Descendimiento y el Santo Sepulcro, a partir de las 20:15 horas, entre otras.

Ya en la madrugada del sábado saldrá la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte desde el monasterio de San Juan de los Reyes, y la última cita de la Semana Santa será en la madrugada del Domingo de Resurrección, cuando las imágenes de Jesús y la Virgen de la Alegría se encuentren en la plaza del Ayuntamiento.

De esta forma se cerrarán diez días de procesiones que comenzaron el viernes día 11 con la de la Virgen de la Soledad saliendo de la iglesia de las santas Justa y Rufina sólo acompañada por mujeres.

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