El documental "Partir" evoca la emigración española a Cuba

  • El cineasta Eduardo Margareto ha evocado en su documental "Partir" la emigración a Cuba de miles de españoles que huyeron de la hambruna, de las levas indiscriminadas de la Guerra de África y de la represión política subsiguiente a la Guerra Civil en la primera mitad del siglo XX.

Valladolid (España), 24 nov.- El cineasta Eduardo Margareto ha evocado en su documental "Partir" la emigración a Cuba de miles de españoles que huyeron de la hambruna, de las levas indiscriminadas de la Guerra de África y de la represión política subsiguiente a la Guerra Civil en la primera mitad del siglo XX.

Y lo ha hecho a partir del testimonio directo de una veintena de españoles prohijados desde hace décadas en la isla caribeña, protagonistas vivos de esta "película de sentimientos", como ha denominado Margareto a todo un patrimonio visual y sonoro al borde mismo de su desaparición.

"Partir", el segundo documental de Margareto después de "Almas del Camino" (2010), ha sido parcialmente producido por la Fundación para la Ciudadanía Castellana y Leonesa en el Exterior, y se estrena esta tarde en Zamora (centro-norte) con la presencia de Sergio Rabanillo, presidente de la Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas en Cuba.

Sus protagonistas, en su mayoría de muy avanzada edad, son emigrantes de algunas de las comarcas más pobres de la región de Castilla y León, localizados durante el otoño de 2010 en La Habana pero también en Santiago de Cuba, Camagüey, Ciego de Ávila, Matanzas, Trinidad, Tapeste, San Miguel de Baños, Florida y Monasterio del Cobre.

"Lo que más me ha llamado la atención de todos ellos ha sido la exquisita memoria de los momentos clave, cuando partieron de España: el último beso al ser querido, la última palabra, la ropa que llevaban o la fecha exacta de la partida", evocó Eduardo Margareto.

También recuerdan el temor del viaje transatlántico, "veinticinco días metidos en un barco con pasaje de tercera", y todos coinciden en agradecer a Cuba y sus gentes la ofrenda de una nueva patria, así como el acogimiento desinteresado hasta el punto de sentirse plenamente cubanos, sin olvidar la tierra que vieron por vez primera sus ojos.

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