El Gobierno y la oposición reanudan el diálogo en Camboya

Bangkok, 22 jul.- El Gobierno y la oposición de Camboya reanudaron hoy el diálogo para negociar una salida a la crisis política que el país arrastra desde las elecciones del 28 de julio de 2013.

El opositor Partido para el Rescate Nacional de Camboya (PRNC), que denuncia que los comicios fueron fraudulentos, boicoteó la formación del Parlamento para reclamar la repetición de la votación y exigir que se hagan reformas políticas.

También organizó varias manifestaciones multitudinarias de protesta en Phnom Penh que a principios de año fueron reprimidas violentamente por la policía.

El primer ministro, Hun Sen, y el jefe de la oposición, Sam Rainsy, mantuvieron el primer encuentro desde septiembre para "dar los últimos toques" a varios principios de acuerdo, según dijeron fuentes gubernamentales al diario "Cambodia Daily".

Rainsy, que regresó a Camboya el sábado, dijo que el diálogo se centraría en la creación de una nueva comisión electoral y en la celebración de elecciones locales en febrero de 2017 y legislativas en julio de 2018, según publicó en un mensaje el domingo en su cuenta de Facebook.

Inicialmente, la oposición había reclamado sucesivamente la repetición inmediata de la votación, nuevos comicios en enero de 2016 y a mitad de 2017, antes de rechazar en abril una última oferta para adelantar las elecciones a febrero de 2018.

"Tengo confianza. Creo que el momento va a solucionar la crisis política en todos los aspectos", dijo Rainsy, según el rotativo.

Las negociaciones comenzaron con siete diputados electos y un miembro del PRNC en prisión, acusados de insurrección por instigar los enfrentamientos del martes pasado entre seguidores de la formación y agentes de seguridad de Phnom Penh.

Al menos 38 agentes resultaron heridos en los disturbios que ocurrieron durante una concentración para pedir la reapertura del Parque de la Libertad, un espacio para manifestaciones habilitado por el Gobierno y cerrado tras la oleada de protestas de finales de año.

El Gobierno prohibió las manifestaciones públicas en enero después de que la policía disolviera a tiros una huelga del sector textil, lo que acabó con cinco trabajadores muertos y una cuarentena de heridos, y que coincidió con la reivindicación de la oposición.