El padre de menor víctima de maltrato confía en recuperar pronto la custodia

  • Álvaro Caldas, el padre de Alba, la menor que fue víctima el 4 de marzo de 2006 de una brutal paliza por parte de la pareja sentimental de su madre en Montcada i Reixac (Barcelona), confía en tenerla "pronto" en casa y recuperar así la custodia, aunque se muestra cauteloso al respecto.

Ontiñena (Huesca), 9 abr.- Álvaro Caldas, el padre de Alba, la menor que fue víctima el 4 de marzo de 2006 de una brutal paliza por parte de la pareja sentimental de su madre en Montcada i Reixac (Barcelona), confía en tenerla "pronto" en casa y recuperar así la custodia, aunque se muestra cauteloso al respecto.

"Creo que dentro de poco la niña podrá venir a casa", pero "no es tan fácil" y "es mejor ir despacio, que deprisa y mal", ha declarado Caldas a Efe Televisión en su casa de Ontiñena (Huesca).

La niña sufrió "lesiones y maltrato habitual" por parte de Francisco Javier Pérez, pareja sentimental de la madre de la menor, Ana María Cano, que dejaron a la pequeña, de entonces 5 años, en estado de coma y padece ahora de invalidez irreversible.

Por estos delitos, la Audiencia de Barcelona condenó en enero de 2009 a penas de 20 y 22 años de prisión a la madre de la niña y a su compañero sentimental, aunque el Tribunal Supremo rebajó en noviembre de ese mismo año en cinco años la pena a la madre.

La pequeña, que ahora tiene 12 años, pasa casi todos los fines de semana con su padre salvo algunos porque "yo también necesito un descanso", ha dicho Caldas, quien ha adaptado la vivienda familiar con mobiliario adecuado para atender a su hija discapacitada.

La pequeña se encuentra actualmente en un centro especial de atención en Lérida, en la frontera con Huesca, cerca de Ontiñena.

Caldas afirma estar "contentísimo" de los progresos de su hija, sobre todo en el habla, aunque menos en movilidad, a pesar de que los médicos hace seis años la daban por muerta debido a los golpes que tenía, pero "consiguieron llevar a Alba adelante".

En 2013, la madre de Alba saldrá en libertad en aplicación del tercer grado y Caldas tiene entendido que reclamará la custodia de la menor, pero asegura que ella "no tiene nada que hacer".

La madre de Alba "no se puede acercar porque tiene una orden de alejamiento y no puede tener ningún contacto, no puede tener nada con la niña y creo que incluso me han dicho que quiere pedir la custodia pero la Generalitat ya le ha dicho que no, que no tiene nada que hacer", ha señalado Caldas.

La "tutela y la custodia" de Alba la tiene la Generalitat, pero "yo sigo siendo su padre biológico y ellos lo que quieren es tratar de conseguir que la niña no esté todo el tiempo metida en el centro" asistencial donde se encuentra ahora.

"Esto quiere decir que cualquier día me dicen que la niña tiene que ir a su casa, pero antes hay que hablar los temas. No es de hoy para mañana, es un tema un poco serio y hay que ir con calma", concluye.

El padre de la menor asegura que desde que la niña fue acogida en un centro especial de Barcelona y posteriormente en otro de Lérida "ha mejorado bastante", sobre todo en el habla, pero no así en movilidad", dado que "requiere de tratamientos para que su cuerpo pueda seguir resistiendo".

Con el habla "ha aprendido bastante. En el momento justo que le dices una palabra, ella lo capta y lo dice. Hay otras que le cuesta más, pero sí que es cierto que ella ha mejorado el habla", afirma su padre.

Caldas asegura que a Alba "le encanta estar en la silla" de ruedas. "La tengo que desplazar con la silla; para ella la silla es su medio, su vehículo y está encantada. Me pide la silla, la silla, la silla y la tengo que sentarla muchas veces en ella".

Alba "entiende todo perfectamente" y "cuando quiere expresar algo muchas veces lo hace a base de gestos" y un pictograma con el que se comunica y "se hace entender mejor.

Caldas recuerda cómo los médicos la daban prácticamente por muerta porque, tras la paliza "estaba completamente vegetativa", pero con los sucesivos tratamientos que ha recibido la menor ha ido mejorando.

"Estoy contentísimo" por la mejora de Alba, afirma Caldas, que relata que al día siguiente de llegar al nuevo centro leridano donde se encuentra actualmente, notó en ella una "alegría inmensa".

"Me enseñó donde dormía, la cocina, todo, con alegría", relata y a continuación recuerda que la soltó un momento de la silla de ruedas "y ella con la mano la fue conduciendo y guiando".

"Se mueve ella sola", relata el padre de Alba. "Con la mano izquierda es capaz de mover la silla", pero la derecha "está totalmente perdida" y "no hay nada que hacer", explica.

Caldas recuerda que lleva seis años luchando con las instituciones "y para mí esto es un logro inmenso" y asegura que los vecinos del pueblo la ven y notan en ella un cambio enorme.

"Es completamente una mujer ya. Es increíble el cambio que ha hecho", afirma.

Caldas dice que cada vez que acude a buscarla "veo que ella se encuentra contentísima" y parece que le huele a distancia y asegura que no sabe cómo reaccionar cuando Alba se pone a gritar de alegría.

Asegura que a su hija "le encanta pintar" y, aunque también dispone de un ordenador, "se aburre" con él y prefiere pintar.

Caldas muestra las adaptaciones que ha tenido que hacer en la vivienda, sobre todo en el baño y en el dormitorio de la pequeña, donde cuelgan numerosos dibujos hechos por Alba.

Sobre el coste de las obras, Caldas dice que ni la Generalitat ni las instituciones oscenses quieren hacerse cargo, pero asegura que está "peleando" y "ya empiezan a entender un poco mejor y creo que esto va por buen camino".

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