El temporal de frío, lluvia y nieve hace estragos en el centro del continente europeo. Las fuertes precipitaciones arrecian en Bélgica y Alemania, afectando todavía a las comunicaciones, y en la zona norte de Italia, donde la lluvia ha obligado a decretar en estado de alerta.
La zona más afectada por el momento es Alemania, donde el tráfico ferroviario ha quedado interrumpido al norte del país. La nieve y el hielo han obligado a evacuar a centenares de pasajeros bloqueados en varios trenes entre Berlín y Hannover aunque la falta de suministro eléctrico de las catenarias no impidió que los sistemas de calefacción en el interior de los vagones siguieron funcionando.
De hecho, la compañía de ferrocarriles Deutsche Bahn se vio obligada a cortar completamente la línea, una de las principales arterias ferroviarias del país, al quedar congelada la catenaria. Cinco trenes, entre ellos cuatro InterCity Express o ferrocarril de alta velocidad, tuvieron que ser remolcados hasta las correspondientes estaciones más cercanas para evacuar a los centenares de pasajeros que habían quedado atrapados en su interior.
En toda la franja norte y este del país se ha activado la alerta en el tráfico terrestre, puesto que se prevén nuevas precipitaciones de nieve en esa mitad del país.
Bélgica, prácticamente aislada
Las importantes nevadas registradas en las últimas horas han vuelto a dejar Bélgica prácticamente paralizada, con enormes dificultades para el transporte por carretera y grandes problemas en el tráfico aéreo y ferroviario.
El aeropuerto de Bruselas Sur-Charleroi ha retomado las operaciones esta mañana, después de verse obligado a cerrar anoche por las condiciones meteorológicas. Un total de 18 vuelos fueron cancelados, dejando en tierra a más de 2.000 pasajeros, de los que varios centenares pasaron la noche en la terminal del aeropuerto, según los medios locales.
Mientras, en el aeropuerto internacional de Bruselas continúan registrándose numerosas cancelaciones y retrasos por el mal tiempo, aunque se ha solucionado la falta de líquido anticongelante que impidió operar con normalidad esta semana. En Lieja el aeropuerto ha reabierto hoy y a él se han desviado algunos de los vuelos que no pudieron aterrizar en Charleroi.
Por su parte, el tráfico por carretera experimenta enormes dificultades, en especial en la parte sur y centro del país, donde continúa nevando: los autobuses no circulan ni en Valonia ni en Bruselas ni en gran parte de Flandes y la red viaria acumula más de 500 kilómetros de atascos, aunque la normalidad va recuperándose poco a poco.
Estado de alarma en Italia
La situación no es mejor en el norte de Italia, que se encuentra en estado de alerta ante las fuertes lluvias previstas para las próximas horas que pueden acarrear el desbordamiento de algunos ríos, mientras Venecia registra inundaciones en más del 50% de la ciudad debido al fenómeno del "agua alta".
Según el Centro para las Previsiones de las Mareas de Venecia el agua de la laguna ha llegado a un pico de 144 centímetros por encima del nivel medio del mar, dejando evidentes muestras de inundación en lugares como la turística Plaza San Marcos.
Aunque queda algo lejos del récord de 194 centímetros alcanzado en 1966, este nivel de "agua alta", que prevé que disminuya en las próximas horas y que está propiciado por viento siroco que sopla con intensidad en el mar Adriático, está considerado como elevado.
Cerca, en la Liguria, las lluvias ya ha empezado a caer, provocando algunos corrimientos de tierra e inundaciones en la provincia de La Spezia, lo que ha provocado aislados retrasos en el servicio de trenes que bordea la costa noroccidental de Italia. En Emilia-Romaña se teme por los posibles desbordamientos de los ríos Parma, Enza, Secchia, Panaro y Reno.
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