El Titanic también tuvo su propio 'capitán Schettino'

  • Aunque históricamente se le ha retratado como un héroe que se hundió con su barco, algunos historiadores afirman que Edward John Smith, máximo responsable de la navegación del Titanic, creía que el barco era indestructible, ignoró hasta siete avisos de iceberg, se equivocó con las señales de auxilio y dirigió una evacuación llena de errores. Las circunstancias que rodearon aquel naufragio y el del Costa Concordia son sorprendentemente parecidas.
El Titanic también tuvo su propio ‘capitán Schettino’
El Titanic también tuvo su propio ‘capitán Schettino’
Southampton Maritime Museum
Roberto Arnaz

Las últimas horas del capitán Edward John Smith al timón del RMS Titanic son una incógnita aún hoy, un siglo después del hundimiento del trasatlántico más famoso de la historia. Los testimonios de algunos de los supervivientes afirman que, como el capitán italiano Francesco Schettino –presunto responsable del accidente del crucero Costa Concordia el pasado mes de enero frente a las costas de la isla de Giglio–, Smith cenaba tranquilamente cuando un iceberg provocó una enorme vía de agua en el casco del barco.

Una vez terminada la cena, el capitán Smith regresó al puente de mando para acompañar a sus oficiales. Ellos eran los verdaderos responsables operativos del navío mientras Smith se codeaba con ricos y famosos pasajeros que habían embarcado en el viaje inaugural del barco de pasajeros más grande de la época.

Al igual que sucedió hace casi tres meses con Schettino, la mayor crítica hacia el experimentado capitán del Titanic, con más de 30 años de carrera marítima, radica en lo mucho que tardó en evaluar la grave situación después de que colisionara la nave. Pero ese no fue su primer error la fatídica noche entre el 14 y el 15 de abril de 1912.

Otro barco, el SS Californian, navegaba vacío en ruta hacia Boston unas millas por delante del Titanic cuando entró en una zona con grandes témpanos y bancos de hielo. Cyril Evans, radioperador del Californian, envió numerosos mensajes de advertencia a los buques cercanos y en especial al capitaneado por Smith, del que se dice que ignoró hasta siete avisos de iceberg.

No solo eso sino que, animado por Bruce Ismay, dueño de la naviera White Star Line, propietaria del Titanic, decidió mantener la velocidad a pesar del peligro confiando en la leyenda que decía que el barco era "indestructible". A las 23.40 horas se dio cuenta de su error e inició, según los historiadores, una sucesión de maniobras negligentes que provocaron la tragedia.

"Smith es el único responsable de todo lo que sucedió y no se puede culpar a nadie más", ha afirmado tajante Paul Louden-Brown, miembro de la Sociedad Histórica del Titanic y asesor de James Cameron durante el rodaje de la película sobre el hundimiento que ganó 11 Oscars en 1998, en una entrevista con la cadena de televisión británica BBC.

Una evacuación llena de errores

Según Louden-Brown, ante la cercanía del Californian –y con el Titanic ya sentenciado–, el capitán Smith sugirió que los botes salvavidas se dirigieran al barco de apoyo y dejaran sus pasajeros y volvieran a buscar más. "Él sabía cuántas personas viajaban en el barco y cuántas plazas tenía cada bote, y aún así les permitió partir medio vacíos", afirma.

La primera embarcación de rescate que abandonó el barco había ocupado sólo 27 de sus 65 plazas. Algo similar sucedió con los otros 19 botes salvavidas, que zarparon medio vacíos y jamás regresaron a buscar más supervivientes. Sólo se salvaron 705 de los 2.227 pasajeros que viajaban a bordo del Titanic.

Al contrario de lo que se ha retratado en el cine, y de manera similar a lo que sucedió con Schettino, el capitán Smith nunca dio la orden de abandonar el barco, lo que implica que muchos pasajeros ni siquiera se dieron cuenta de que el Titanic se hundía. Al menos eso es lo que sostiene John Graves, el especialista en historia marítima del Museo Real de Greenwich.

Graves mantiene que no había plan de evacuación y que Smith, al igual que Schettino un siglo después, "desapareció en el aire" en los momentos más delicados del rescate, "traumatizado" y consciente de que "no había botes salvavidas suficientes para poner a fuera de peligro a todo el pasaje".


Retratado como un héroe

Pese a todo, Hollywood ha relatado de manera poética los últimos momentos de Edward John Smith. Los guiones llevados a la gran pantalla dicen de él que se hundió con su nave y que en los momentos más dramáticos del naufragio fue capaz de nadar hasta poner a salvo a un bebé en un bote de supervivientes.

Esa es la imagen icónica que ha quedado del capitán Smith, cuyo supuesto heroísmo le valió una placa conmemorativa en el Ayuntamiento de la localidad inglesa de Hanley), su lugar de nacimiento, y una estatua en la ciudad de Lichfield.

"Aunque históricamente se haya hablado de una muerte heroica, incluso retratada en postales con su imagen nadando con un bebé en sus brazos y deseando buena suerte a los pasajeros", según Paul Louden-Brown "nada de aquello sucedió realmente".

Lo que sí parece probado es que los músicos de la banda tocaron hasta que el Atlántico Norte los engulló, un hecho curioso y que también enlaza directamente con la tragedia del Costa Concordia y el capitán Schettino: según los supervivientes, durante la evacuación del crucero sonó por los altavoces la canción 'My Heart Will Go On', conocidísima sintonía que curiosamente formó parte de la banda sonora de la película 'Titanic'.

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