El veneno ilegal contra los depredadores puede ser la causa de muerte de las aves protegidas

  • Valladolid.- El veneno usado de forma ilegal por agricultores, ganaderos, dueños de cotos de caza y propietarios de viviendas para evitar que depredadores puede estar detrás de la muerte de más de cincuenta aves protegidas desde principios de año, entre las que se encuentra el águila imperial.

El veneno ilegal contra los depredadores puede ser la causa de muerte de las aves protegidas
El veneno ilegal contra los depredadores puede ser la causa de muerte de las aves protegidas

Valladolid.- El veneno usado de forma ilegal por agricultores, ganaderos, dueños de cotos de caza y propietarios de viviendas para evitar que depredadores puede estar detrás de la muerte de más de cincuenta aves protegidas desde principios de año, entre las que se encuentra el águila imperial.

Así lo ha denunciado hoy en una rueda de prensa en Valladolid el coordinador del Área de Conservación de Especies y Espacios de la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife, Juan Carlos Atienza, quien ha precisado que entre estos animales se encuentran seis águilas imperiales, trece milanos reales, dos águilas reales, un buitre negro, cinco buitres leonados y un lobo.

La raíz de este problema se encuentra en el uso de potentes venenos, prohibidos por ley, para evitar la entrada de especies depredadoras o dañinas en explotaciones ganaderas y agrícolas, cotos de caza o fincas de particulares.

Para Atienza, entre la población no existe una percepción del grave daño a la naturaleza que provoca esta acción, como pueda suceder en otros casos como el del oso pardo en la Cordillera Cantábrica, una especie cuya caza, además de estar penado, está muy mal vista entre los habitantes de estos territorios.

Con el objetivo de paliar este problema, SEO/Birdlife ha solicitado a la Junta de Castilla y León la aprobación "urgente" de un plan de lucha contra el veneno, la puesta en marcha de una campaña de sensibilización y concienciación de la población, el cese de la actividad cinegética en las zonas donde se ha detectado veneno y el aumento de la vigilancia en las zonas más afectadas, como en el caso de la comarca de La Moraña, en Ávila.

Le ha solicitado, asimismo, que declare el corredor del Adaja y su entorno, también en Ávila, como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), dada la importancia que tiene allí el águila imperial ibérica.

Atienza ha incidido en que el Servicio de la Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) y la Delegación del Gobierno deberían incrementar la vigilancia en las zonas más conflictivas para evitar que se siga produciendo la muerte de aves.

En los últimos años se han registrado en Castilla y León ochenta muertes por envenenamiento de águilas imperiales, 432 de buitres negros y 4.400 de milanos reales, algo que supone un desperdicio del dinero del contribuyente, pues las administraciones han puesto en marcha programas de protección para algunas de estas aves que se ven perjudicados por estos hechos, ha afirmado.

En el caso del milano real, además, "la especie más afectada por el uso de venenos", su población reproductora ha sufrido durante los últimos diez años debido a este hecho un "acusado" declive, que SEO/Birdlife ha estimado en un 50 por ciento.

Como una posible solución para evitar el uso de estas sustancias tóxicas, Atienza ha propuesto una solución que pasaría porque un técnico agrícola visite las explotaciones, detecte los problemas y recete los productos adecuados y justos para su solución, y así se ponga fin a la actual situación, en la que los venenos se pueden adquirir de forma sencilla y libre.

En este sentido, ha insistido en que el agricultor que, por ejemplo, acuda a una tienda para comprar un bote de veneno para eliminar los caracoles de sus terrenos, debería rellenar ficha y dar su DNI de forma obligatoria, algo que debería hacerse, según la normativa actual, pero que los comerciantes obvian.

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