El virus de la vergüenza: dos millones de mujeres con VPH lo padecen en silencio

  • Alrededor del 80 por ciento de las mujeres contraen el Virus del Papiloma Humano (VPH) alguna vez en su vida, el cual es causante del cáncer de cuello de útero. Esta enfermedad, a su vez, es la segunda causa de muerte por tumores malignos en la población femenina. El hecho de que se transmita por vía sexual rodea al virus de un sinfín de tabúes.

El 14% de las mujeres españolas están infectadas por el virus del papiloma humano
El 14% de las mujeres españolas están infectadas por el virus del papiloma humano
Laura Albor

"Cuando me estaban metiendo en el quirófano me puse a llorar, me entró mucho miedo, no podía parar de pensar por qué me tenía que pasar algo así a mí". Habla Ana, 27 años, se sometió a una operación quirúrgica hace dos años pero todavía se emociona al contarlo. "Cuando me dijeron que tenía el Virus del Papiloma Humano (VPH) no tenía nada claro qué era pero hasta ese momento había dado por hecho que no era necesario que lo supiera porque a mí no me iba a pasar".

S.B. tiene 52 años, a los 33 le detectaron una displasia en el útero (lesión precancerosa de las células) y al igual que Ana, se tuvo que someter a una conización, una operación mediante la cual el área anormal es extirpada cortando un fragmento de tejido del cuello del útero en forma de cono.

Son dos ejemplos, pero la angustia y los miedos por los que han pasado ellas están muy presentes en nuestra sociedad, aunque en la mayoría de las ocasiones se pase en silencio. "Lo saben mis padres y mi pareja, pero desde luego no es una operación de rodilla de la que no tendría ningún problema en hablar con mi vecino", dice Ana.

Según un reciente estudio elaborado por el Instituto Catalán de Oncología hay dos millones de mujeres infectadas por el VPH en España. No en vano se trata de la enfermedad de transmisión sexual más común, por delante incluso del VIH, con más de 100 tipos virales que se dividen en alto y bajo riesgo oncológico.

"De ese centenar, son alrededor de 25 los tipos que afectan al sector genital y de estos, 15 han sido considerados de alto riesgo, es decir, los que los que pueden desencadenar en un cáncer de cuello útero", explica el doctor Nicolás Abril-Müller, presidente del Colegio de Médicos del Cantón de los Grisones y fundandor de Swiss Diagnosys.

"Una vez me operaron y analizaron las muestras descubrieron que mi VPH era de tipo 18", afirma Ana, "por lo que se ve es uno de los más agresivos, cuando mi ginecólogo me dijo que siendo así había bastante posibilidades de que hubiese desarrollado un cáncer me quedé blanca".

Al contrario de Ana, que admite que cuando le detectaron el virus, con 25 años, sólo se había sometido a dos controles ginecológicos, S.B. asegura que siempre se había hecho revisiones "exhaustivas" desde los 16 años.

"La empresa en la que estaba nos invitó a las trabajadoras a hacer un examen ginecológico", explica S.B., "yo hacía 6 ó 7 meses que me había hecho una citología y estaba todo correcto por lo que cuando me llamaron para decirme que tenían algo urgente que decirme me asusté. Me dijeron que tenía una displasia en el útero y que tenía que ir urgentemente al ginecólogo".

Cualquier persona que tenga contacto sexual puede padecer VPH genital. Tanto hombres como mujeres pueden contraerlo y transmitirlo sin saberlo porque el virus puede permanecer inactivo durante un tiempo prolongado e incluso desaparecer en un periodo de 8 a 12 meses.

"Me sentí fatal"

"Muchas famosas que han tenido un HPV positivo, lo han hecho público para luego desmentirlo y decir que tenían un cáncer de cuello de útero pero casi todos esos cánceres son producidos por el HPV, por eso se le llama el cáncer de la vergüenza", explica el doctor Abril-Müller. "Como se sabe que se trasmite por relaciones sexuales puede pasar dos cosas: que piensen que tú has tenido muchos novios o que tu pareja ha tenido muchas novias".

Según el estudio del Instituto Catalán de Oncología el cambio de los hábitos sexuales, en especial el inicio cada vez más temprano de las relaciones o que se tengan un mayor número de parejas sexuales, ha hecho aumentar las infecciones por el virus. Como ejemplo, la media de edad del inicio de las relaciones sexuales ha pasado de los 22,7 años en el caso de las mujeres de entre 56 y 65 años a los 16,9 a la generación de 18 a 25 años.

"Yo sólo he tenido tres parejas", afirma Ana, "no creo que sea una cifra escandalosa, pero una de las médicos que me atendió me hizo sentir como una mierda cuando me dijo que no podía acostar con el primero que se me pasara por delante".

"Cuando me dijeron que había sido un cáncer por vía sexual, eché la vista atrás, recuperé memoria y mi ex marido me había sido infiel muchísimas veces, era un 'putero', y aparte se iba con quién le daba la gana", lamenta S.B., "yo no me podía imaginar que no tomaría precauciones".

Uno de los principales problemas que presenta el virus es que en la mayoría de sus tipos no se representa, es decir, aquéllos que están contagiados no tienen ningún síntoma. Por ello, cuando a una mujer le dicen que tiene VPH su primera reacción es la sorpresa y la negación. "No es un virus nuevo. Existe un gran desconocimiento al respecto, porque muchas personas no saben que están infectadas por él" afirma el doctor Abril-Müller. "Sólo algunos tipos pueden producir verrugas genitales o irritaciones".

"Yo no tenía absolutamente ningún síntoma, no noté nada", asegura S.B. "Me pilló totalmente de sorpresa, no tenía ningún dolor, nada. Ahora me he vuelto mucho más hipocondríaca, a la mínina ya me entra el pánico", afirma Ana.

Mejor prevenir

La seguridad social cubre el 100% de la vacuna contra el VPH a las niñas a los 14 años pero a partir de esa edad será la mujer la que deba costeársela. Aunque los expertos recomiendan que se proceda a la vacunación antes de mantener relaciones sexuales resaltan que es importante administrarla durante la edad fértil que es cuando más riesgo se tiene de contraer el virus.

"Mi ginecólogo me recomendó ponérmela aunque ya hubiese estado infectada", afirma Ana, "es carísima, algo más de 150 euros cada una, pero la verdad que hubiese pagado lo que fuese". Aparte de la vacuna, es importante que la mujer se someta a revisiones frecuentes para que en el caso de que se haya contraído el virus se puedan tomar medidas a tiempo.

"Cuando me dijeron que tenía una displasia yo pensaba: -Si yo que habitualmente me hago pruebas me pasa esto, qué pasará con estas mujeres que normalmente no se las hacen", lamenta S.B.

Las pruebas que se pueden realizar son tanto una citología, como un oncotests, un método reciente que ofrece un diagnóstico a través del ADN, la ventaja de este último es, que aporta información acerca del tipo de Virus por el que podrías estar infectada.

¿Y después?

Tanto Ana como S.B. tuvieron que someterse a controles ginecológicos cada tres meses para controlar que todo estuviese en orden, poco a poco esas revisiones se fueron haciendo cada más tiempo. Sin embargo, pese a que en su caso todo ha ido bien después, ciertos miedos han permanecido.

"Yo todavía estoy intranquila", afirma Ana, "tengo pareja estable desde hace tiempo pero estoy continuamente pensando que si me contagió podría volver a hacerlo". Sin embargo, según el doctor Abril-Müller, "el hombre lo trasmite pero no lo padece. Por lo que una vez que la mujer lo ha padecido está sensibilizada".

"A mí lo que me da miedo ponerme un tampón, porque la cicatriz está ahí… y no tengo problemas en mantener relaciones sexuales, siempre con protección claro", afirma S.B..

Pese a estos miedos, según los expertos, Tanto Ana como S.B. deberían estar tranquilas ya que el tratamiento al que fueron sometidas no debería afectar ni a su vida sexual ni a su capacidad para quedar embarazadas. "Mi ginecólogo me dijo que no habría problemas para un embarazo", afirma Ana, "pero yo hasta que no lo vea no lo creo. De momento no me planteo tener hijos pero tengo que admitir que no sé si en parte es por el problema que he tenido".

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