Empieza la cuenta atrás en Barcelona para la visita del papa

  • Barcelona.- A pocas horas de la llegada del papa a Barcelona la actividad en los alrededores de la Sagrada Familia es frenética y los nervios de última hora se palpan entre los operarios que colocan sillas, los técnicos que tiran cables y los agentes de la guardia urbana que informan de las restricciones de tráfico.

Empieza la cuenta atrás en Barcelona para la visita del papa
Empieza la cuenta atrás en Barcelona para la visita del papa

Barcelona.- A pocas horas de la llegada del papa a Barcelona la actividad en los alrededores de la Sagrada Familia es frenética y los nervios de última hora se palpan entre los operarios que colocan sillas, los técnicos que tiran cables y los agentes de la guardia urbana que informan de las restricciones de tráfico.

"Más deprisa", grita el responsable a un grupo de operarios que descargan sillas de un toro y las colocan frente a una de las pantallas gigantes que retransmitirán en directo la misa que oficiará el papa.

Según el Arzobispado, mañana ya estarán colocadas las 36.000 sillas y funcionarán perfectamente las 22 pantallas previstas en los alrededores del templo, así como las 45 que colocadas en el interior.

"Faltan 30 horas para que el papa aterrice en Barcelona y todavía no llega la corriente eléctrica a la tribuna de prensa que hay frente a la fachada del Nacimiento", ha recriminado uno de los 2.300 periodistas acreditados al responsable de prensa del arzobispado, que le ha respondido que "todo estará a listo para cuando llegue el papa".

La fachada del Nacimiento es donde los nervios están más a flor de piel, ya que las restricciones de tráfico y las tarimas habilitadas para la prensa sólo permiten el paso de los coches por un carril y de los turistas por un pequeño pasillo.

"Esto siempre está a tope de turistas y autocares, pero ahora es un hervidero de periodistas, trabajadores que levantan andamios para colocar cámaras y camiones que traen de todo y obstaculizan el paso", se ha quejado un vecino, mientras a su lado un periodista de la televisión portuguesa grababa una crónica sobre los preparativos.

"Hay muchos nervios pero es muy emocionante. Todos tenemos esa sensación tan excitante propia de los momentos previos a una inauguración o una fiesta", ha explicado una de las guías turísticas que trabajan en la Sagrada Familia y que esta mañana ha hecho la última visita guiada antes de la llegada del papa, ya que mañana no podrán entrar turistas en el interior del templo por motivos de seguridad.

De hecho, los turistas que han entrado hoy han tenido que someterse a más controles de los habituales, aunque estas incomodidades han quedado compensadas por el gran número de sillas situadas en los alrededores del templo, en las que muchos de ellos se han sentado para poder fotografiar el edificio de Gaudí.

A su alrededor, numerosos agentes de la Guardia Urbana informaban a los conductores que se quejaban por las restricciones de circulación.

Desde el pasado jueves, el ayuntamiento ha ido cortando el tráfico paulatinamente en las calles Provenza, Sicilia, Marina y Cerdeña, y ha colocado señales de prohibido aparcar en todas estas calles.

El entorno de la Catedral, donde se encuentra la sede episcopal, en que pernoctará el Papa, será otra zona restringida al acceso de peatones y al tráfico rodado, desde las 17.00 horas de mañana hasta las 17.00 horas del domingo.

En los alrededores de la Catedral y en las calles por las que pasará el 'papamóvil' la inminente llegada del pontífice no es tan palpable como en los alrededores de la Sagrada Familia.

A día de hoy, muy pocas personas han colgado banderas o carteles de bienvenida en los balcones situados en el recorrido, y tan sólo se pueden ver unas pocas banderas del vaticano y las banderolas colocadas por el Ayuntamiento de Barcelona.

No obstante, dos banderas enormes con los colores del Vaticano cubren la puerta de la Gloria por la que entrará el papa y esconden los enormes andamios de esta fachada todavía en obras.

En su visita al templo, el papa encontrará la nave central y las laterales de la iglesia cubiertos y cerrados, así como el transepto, las capillas del ábside y el deambulatorio o girola.

Pero al día siguiente continuarán las obras por encima de la cubierta para levantar el cimborrio más alto, dedicado a Jesucristo, que se alzará hasta los 170 metros.

Rosa Díaz

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