En busca de mayores oportunidades para los indígenas en Bolivia

  • Una universidad en una zona rural de Bolivia busca dar mayores oportunidades de carrera profesional a la población indígena. Dan las clases, además de en español, en las respectivas lenguas indígenas de cada zona, cosa que también está potenciando el Gobierno de Evo Morales en otros lugares del país.
Niños indígenas bolivianos (Imagen de archivo Getty Images)
Niños indígenas bolivianos (Imagen de archivo Getty Images)
Spencer Platt / Getty Images
John Enders | Globalpost

(Carmen Pampa, Bolivia). Algunos llegan desde pueblos de montaña cercanos; otros deben caminar durante horas o hacer un largo viaje en autobús por la cordillera de los Andes. Sea cual sea su lugar de origen, todos tienen una cosa en común: son estudiantes indígenas de las zonas rurales de Bolivia que buscan una educación superior de calidad y barata.

En la universidad residencial de Carmen Pampa (su nombre formal es Unidad Académica Campesina Carmen Pampa) encuentran precisamente eso, un campus con 700 estudiantes y unos 50 profesores y administradores especializados en agronomía, horticultura, negocios, enfermería y magisterio. El centro es el hogar de los estudiantes durante cuatro o cinco años.

Debido a la cercanía del centro a Coroico, un destino conocido internacionalmente para la práctica de la bicicleta de montaña, la escuela ha incluido recientemente el ecoturismo en su oferta académica."Si no fuera por este lugar, muchos de estos estudiantes todavía estarían trabajando en granjas", asegura Andrés Pardo Asllane, director académico de Carmen Pampa. De hecho, Pardo procede de la región del Alto Beni, una zona remota de Bolivia donde las principales vías de comunicación son los ríos, no las carreteras.

El Gobierno de Evo Morales, un indio aimara, se ha comprometido a construir varias universidades nuevas que ofrezcan clases en idiomas indígenas y que enseñen cultura, humanidades y algunas de las materias que se imparten en Carmen Pampa.

La Universidad Casimiro Huanca, en la ciudad de Chimore, en la región central de Chapare, dará cursos en quechua, el idioma inca que se habla en la mayor parte de esa zona de Bolivia. La Universidad Tupac Katari, en Warisata, cerca de La Paz, impartirá clases en aimara, la lengua más extendida en Bolivia. Y la Universidad de Apiaguaiki Tumpa, en la provincia de Chuquisaca, en el sureste, enseñará en guaraní, la tercera lengua del país.

A pesar del anuncio de estos planes, el Gobierno de Morales ha hecho pocos avances en la puesta en marcha de las nuevas universidades. El ministro de Educación, Roberto Aguilar, ha dicho que las universidades indígenas serán "una expresión de la revolución democrática y cultural" que están desempeñando Morales y su Gobierno.

Mientras tanto, en las escuelas públicas e institutos de Bolivia se está implantando una reforma para introducir los idiomas indígenas en el currículo académico. Además del español, los profesores tendrán que saber un idioma indígena y uno extranjero. En Carmen Pampa, por ejemplo, los profesores dominan el aimara y el inglés, pero la mayor parte de las clases se dan en español.

La idea del Gobierno es que la largamente excluida mayoría indígena de Bolivia se integre con éxito en la educación superior. Carmen Pampa lleva años trabajando en este sentido. Todos sus alumnos son indígenas, precisamente por ser una institución que pone el énfasis en la educación de los estudiantes campesinos y pobres. Un informe de un comité de las Naciones Unidas destacaba en 2003 a Carmen Pampa como uno de los mejores ejemplos en el mundo de cómo erradicar la pobreza.

La mayor parte de las actividades en el centro están orientadas hacia el terreno práctico. Los estudiantes crían cerdos en un recinto cercano a uno de los laboratorios de informática y cuecen su propio pan en un enorme horno que no está lejos de un laboratorio de entomología.

Además de sus currículo de cuatro años, Carmen Pampa ofrece a los alumnos que todavía no están preparados un año de cursos "pre universitarios" para recuperar materia. La mayor parte de los estudiantes reciben además ayuda financiera y trabajan o bien en el campus o en la cercana Coroico para costearse los cursos.

Cuando se les pregunta por qué han elegido acudir a Carmen Pampa, los estudiantes siempre sacan a relucir el concepto de servicio, una de las misiones clave de esta institución."Quiero enseñar a la gente en mi comunidad cómo pueden mejorar la producción de sus cultivos, para así puedan vivir mejor en el poco terreno que tienen", dice Vladdy Chávez, de 21 años, que cursa su cuarto y último año en el centro.

Los estudiantes de enfermería estudian medicina tradicional y también moderna, y como parte de su formación pasan tiempo tratando a gente en las comunidades locales, enseñándoles a evitar males transmitidos por los mosquitos como la malaria y el dengue, u otras enfermedades comunes en la región. En algunas comunidades rurales los alumnos de Carmen Pampa son el único personal médico que les visita.

Fernando Salazar, de 36 años, es un estudiante poco común en Carmen Pampa, debido a su edad. Es de Munaypata, una pequeña población cerca de Coroico, donde su familia tiene un pequeño terreno. En cuanto se gradúe espera poder volver a su hogar para comenzar un negocio de cría de mariposas.

"Hay demanda nacional e internacional por algunas de las especies del Yungas", explica. "Hay museos y coleccionistas que quieren comprarlas como crisálidas, para poder criarlas, y también disecadas".

El coste estimado de educar a cada estudiante es de unos 1.550 euros (2000 dólares) por año. Los alumnos pagan menos de una cuarta parte de esa cantidad. El resto del dinero llega a través de becas, donaciones -especialmente a través de una fundación de EEUU- y proyectos comerciales gestionados por el centro, como la venta de café, de cerdos y de productos artesanales.

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