Dos veces por semana, los tigres del parque de Primorski, situado a unos 70 km de Vladivostok (en el Extremo Oriente ruso), "comen animales vivos en cautividad", explicó la administración en un comunicado.
Pero "el tigre bautizado Amur no quiso comerse a la cabra Timur porque ésta se mostró muy valiente y no sabía que debía tener miedo de un tigre", según el texto.
Por su parte, la cabra tomó al carnívoro "por su jefe y le sigue por todas partes", pasando incluso varios días en el refugio construido para Amur sin que "ninguna agresión se haya constatado" por parte del tigre.
Todos los días, "estos amigos inseparables, el tigre y la cabra, se pasean juntos" en el parque, se alegró el director del establecimiento Dimitri Mezentsev, que publica habitualmente fotos y vídeos en internet de la vida cotidiana de los dos animales.
Amur, de tres años, camina siempre el primero, de manera majestuosa, durante estos paseos a través del bosque y sobre la abundante nieve del recinto, mientras Timur lo sigue paso a paso, bajo la mirada envidiosa de los otros tigres que viven en otro apartado separado por las vallas.
Cuando hacen un descanso, el tigre y la cabra se tumban en la nieve uno junto a otro y durante largo rato se miran o contemplan el paisaje.
"Es una situación extraordinaria, increíble, fenomenal... ¡es de verdad! ¡son amigos y son felices juntos!", destacó Mezentsev.
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