Las escuelas reabren tras prolongación de tregua en ciudad siria de Alepo

Varias familias volvieron a sus casas y las escuelas reabrieron sus puertas en los sectores de Alepo bajo control de los insurgentes, tras la prolongación por 72 horas de la tregua en la segunda ciudad más importante de Siria.

El alto el fuego auspiciado por Moscú y Washington en esta ciudad, que debía expirar el sábado a las 01H01, hora local, continuará 72 horas más, anunció Rusia, aliada del régimen de Bashar al Asad.

Casi 300 personas han muerto desde el 22 de abril por los bombardeos en la zona. El silencio de las armas permitió a varias familias regresar a sus hogares en la parte en poder de los insurgentes, constató la AFP.

"Decidí volver con mi familia porque unos conocidos me dijeron que estaba en calma", declaró el sábado a la AFP Abu Mohamas, padre de seis hijos, en el barrio de Kalasé.

En este sector, las escuelas reabrieron tras permanecer dos semanas cerradas.

"Casi todos los alumnos han vuelto a clase, salvo los que se fueron de sus barrios", afirmó a la AFP Bara', un profesor de enseñanza primaria del barrio de Shaar. "Estoy muy impaciente por verlos".

El alto el fuego temporal en Alepo entró en vigor el jueves, después de que la tregua instaurada a nivel nacional el 27 de febrero entre los insurgentes (no yihadistas) y el régimen saltara en mil pedazos en la ciudad, estratégica para los dos bandos.

Según los analistas, si el régimen se apodera de los barrios rebeldes podría considerarse que habría ganado la guerra.

Para los insurgentes, un fracaso vendría a ser la estocada casi definitiva. Sobre todo porque el auge de los yihadistas del Frente al Nosra (brazo sirio de Al Qaida) y del grupo Estado Islámico (EI) eclipsa cada vez más su influencia.

El cese del fuego prolongado a iniciativa de Moscú abarca la provincia de Latakia (noroeste) y la ciudad de Alepo. Está previsto que dure hasta el martes a las 00H01 (21H01 GMT del lunes), pero Estados Unidos anunció que hará cuanto pueda para mantenerlo lo máximo posible.

Desde su estallido en 2011, tras la represión sangrienta de manifestaciones pacíficas que pedían reformas, la guerra en Siria ha dejado más de 270.000 muertos y millones de desplazados.

Los combates prosiguen en la provincia de Alepo y en otras partes del país, como las gobernaciones de Deir Ezor (este), Damasco (centro), Homs (también en el centro) o Deraa (sur). Se enfrentan varios bandos: el régimen sirio contra los insurgentes, y los yihadistas contra cada uno de ellos.

También están involucrados otros actores, como Rusia, el Hezbolá chiita libanés e Irán, que apoyan al régimen.

La coalición internacional encabezada por Estados Unidos respalda a los insurgentes y ataca por el aire al EI, autor de múltiples atrocidades en el país y de atentados en el extranjero.

En la provincia de Homs (centro) se registran combates entre soldados y yihadistas del EI cerca del yacimiento de gas de Al Mahr, al noroeste de Palmira.

En el norte de la provincia de Alepo, seis personas, entre ellas mujeres y niños, murieron en ataques nocturnos llevados a cabo aparentemente por aviones de la coalición contra bastiones del EI y 12 yihadistas de esta organización fallecieron en una batalla contra insurgentes, detalla el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

El Frente al Nosra y el grupo Estado Islámico quedan excluidos de las treguas.

Por otro lado, tres periodistas españoles que llevaban secuestrados desde hacía diez meses en Siria fueron liberados y están en un lugar seguro, informó el sábado por la noche una portavoz del gobierno español. Se trata de Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre.

Madrid aseguró que esta liberación había sido posible "gracias (...) a la colaboración de países aliados y amigos, en especial en la fase final desde Turquía y Catar".

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