España es el tercer país por número de cardenales, tras el anuncio de consistorio

Ciudad del Vaticano.- España, con once cardenales, contando ya a José Manuel Estepa Llaurens, al que Benedicto XVI nombrará en el consistorio del 20 de noviembre próximo, pasa a ser el tercer país del Colegio Cardenalicio por número de miembros.

Tras el anuncio hecho hoy por el Papa de su tercer consistorio para crear 24 nuevos cardenales, Italia sigue teniendo el mayor número, 49; seguida de Estados Unidos con 18, y España, con 11.

Los cardenales españoles electores son Carlos Amigo Vallejo (arzobispo de Sevilla), Antonio María Rouco Varela (arzobispo de Madrid), Antonio Cañizares Llovera, Agustín García Gasco, arzobispo emérito de Valencia, y Luis Martínez Sistach, de Barcelona.

Los eméritos, es decir los que no pueden participar en un cónclave, aunque pueden ser elegidos Papa, son Julián Herranz, ex presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos; Francisco Álvarez Martínez (arzobispo emérito de Toledo), Ricardo María Carles Godó (emérito de Barcelona) y Eduardo Martínez Somalo, ex camarlengo de la Sacra Romana Iglesia.

A los anteriores se une el jesuita Urbano Navarrete Cortés y a partir del próximo mes José Manuel Estepa Llaurens, nacido en Andújar (Jaen, sur de España), ex arzobispo castrense.

Estepa Llaurens fue miembro de la comisión de seis obispos que redactaron el catecismo de la Iglesia católica y es responsable de la versión y de la edición de este catecismo en español.

El "club más selecto del mundo", como es conocido el Colegio Cardenalicio, está compuesto actualmente por 183 purpurados, de los que 106 tienen menos de 80 años y 77 los superan.

Según las leyes fijadas por Pablo VI, mantenidas por Juan Pablo II -aunque en algunos consistorios las derogó temporalmente, como ha hecho hoy de nuevo Benedicto XVI, que la ha superado en seis- el número máximo de cardenales electores es de 120 y tienen que tener menos de 80 años en el momento de entrar en el cónclave.

Los que superan esa edad participan con voz, pero sin voto. No obstante, ellos también pueden ser elegidos.