España, quinto país de la ue con más calidad insuficiente del agua en playas, ríos y lagos


El agua de las playas, ríos y lagos europeos fue, en general, de gran calidad el año pasado, ya que más del 95% de esas zonas reunía los requisitos mínimos, pero España forma parte del furgón de cola en el grupo de países de la UE con mayor proporción de zonas de calidad insuficiente.
Así se desprende del último Informe Anual sobre la Calidad de las Aguas de Baño, de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), hecho público este martes y que incluye un seguimiento de la calidad del agua en unas 22.000 zonas de baño de la UE, Suiza y, por primera vez, Albania.
Junto con el informe, la AEMA ha publicado un mapa interactivo en el que se muestran los resultados de todas las zonas de baño europeas.
Todas las zonas de baño de Chipre y Luxemburgo obtuvieron la calificación de excelente, a los que siguen Malta (99%), Croacia (95%) y Grecia (93%).
En el otro extremo se sitúan Estonia, con un 5,7% de aguas de baño de calidad insuficiente; Holanda (5,1%), Bélgica y Francia (3,5%), España (3,3%) e Irlanda (3,0%).
Sobre España, el informe incluye 2.161 zonas de baño (un 9,8% de todas las de la UE), de las cuales el 89% son costeras y el 11% restante, interiores.
El periodo de temporada para el baño era del 1 de marzo al 30 de noviembre del año pasado para las playas, en tanto que el de las zonas interiores fue del 15 de mayo al 30 de septiembre.
El informe registra 25 “situaciones anormales” en 22 zonas de baño españolas, así como 79 situaciones de “contaminación de corta duración” en 71 lugares.
El 97,1% de las playas reunieron la calidad suficiente del agua, en tanto que un 0,1% tuvieron que ser cerradas durante la temporada de baño.
CALIFICACIONES DE LAS AGUAS DE BAÑO
La calidad de las aguas de baño puede ser calificada de ‘excelente’, ‘buena’, ‘suficiente’ o ‘insuficiente’. Las calificaciones se basan en los niveles de dos tipos de bacterias indicativas de contaminación procedente de aguas residuales o animales, las cuales pueden provocar trastornos (vómitos y diarrea) en caso de ingestión.
La AEMA subrayó que la clasificación de las aguas de baño no tiene en cuenta la basura, la contaminación ni otros aspectos negativos para el medio ambiente, ya que la mayoría de las zonas está lo suficientemente limpia para garantizar la protección de la salud humana, pero muchos ecosistemas de las masas de agua de Europa se hallan “en un estado preocupante”.
El informe concluye que más del 95% de las zonas de baño cumple los requisitos mínimos, si bien el 83% logra la calificación más estricta, de ‘excelente’, y únicamente un 2% obtiene la nota de ‘insuficiente’.
El porcentaje de zonas que cumplían los requisitos mínimos el año pasado es prácticamente el mismo que en 2012. Con todo, la proporción de zonas de calidad ‘excelente’ aumentó de un 79% en 2012 a un 83% en 2013.
La calidad del agua en las playas costeras mejoró ligeramente, con un 85% de las playas clasificadas como ‘excelentes’. Todas las zonas costeras de Eslovenia y Chipre obtuvieron esta calificación.
La calidad de las aguas de baño interiores parece haber sido ligeramente inferior a la media. Luxemburgo fue el único país que obtuvo un ‘excelente’ para todas sus zonas de baño interiores, seguido de cerca por Dinamarca, con un 94%, mientras que Alemania logró la calificación de ‘excelente’ en el 92% de sus casi 2 000 zonas de baño interiores.
El comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, calificó de “buena noticia” que la calidad de las aguas de baño “siga siendo elevada”, pero añadió que “no podemos dormirnos en nuestros laureles ante un recurso tan preciado como el agua. Hemos de seguir velando por que el agua que bebemos, el agua en que nos bañamos y nuestros ecosistemas acuáticos están plenamente protegidos”.
“Las aguas de baño europeas han mejorado a lo largo de las dos últimas décadas y ya no vertimos cantidades tan elevadas de aguas residuales directamente en las masas de agua. El gran problema que se nos plantea en la actualidad lo constituyen las cargas contaminantes que generan las lluvias intensas o las inundaciones en breves períodos de tiempo. Tales fenómenos pueden dar lugar al desbordamiento de los sistemas de alcantarillado y arrastrar bacterias fecales de las tierras de cultivo a los ríos y mares”, señaló el director ejecutivo de la AEMA, Hans Bruyninckx.

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