Estos son los genios detrás del milagro económico de Turquía

  • El impresionante crecimiento de Turquía ha sido impulsado por una nueva clase de empresarios, conocidos como los Tigres de la Anatolia. Musulmanes con un planteamiento global y pragmático de los negocios que han empezado a cambiar el equilibrio de poder tradicional en esta economía en desarrollo.
Daily Life In Istanbul
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Yasemin Ergi, Estambúl (Turquía) | GlobalPost

Cuando el carpintero analfabeto Mustafa Boydak de un pueblo a las afueras de la ciudad de Kayseri, en la Anatolia, abrió su primer taller de madera en 1957, lo hizo como forma de supervivencia.

Con los años, el pequeño taller se convirtió en una empresa de muebles, y de ahí en un conglomerado industrial que opera en ocho sectores y tiene 35 empresas, entre ellas las marcas de muebles más importantes de Turquía.

Hoy en día, Boydak Holding exporta a 110 países y sus compañías tienen unos 2.000 puntos de venta en Turquía y 260 en el resto del mundo. Mustafa Boydak Sr. ha dejado el negocio en manos de sus hijos. También ha aprendido a leer y escribir.

La historia de éxito de la familia Boydak pone de relieve el boom industrialexperimentado en varias ciudades provinciales de Turquía, regiones conservadoras que han empezado a competir con el motor económico del país: Estambul.

Este crecimiento, que comenzó en la década de 1980, ha sido impulsado por una nueva clase de empresarios, conocidos como los Tigres de la Anatolia. Musulmanes devotos con un planteamiento global y pragmático de los negocios, estos empresarios han empezado a cambiar el equilibrio de poder tradicional en esta economía en desarrollo.

Durante muchas décadas la economía de Turquía ha estado dominada por un puñado de enormes conglomerados industriales dirigidos por algunas de las familias más ricas del mundo, todas ellas laicas. El impulso de los Tigres de la Anatolia coincidió con la llegada al poder del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y el fuerte respaldo del primer ministro Recep Tayyip Erdogan.

Eso ha llevado a los analistas a entenderlo como una lucha por el poder entre las élites laicas y conservadoras.Pero eso no es lo que ha ocurrido.

"La capital turca simplemente se ha hecho más diversa con los años", afirma Sumru Altug, profesora de Económicas en la Universidad Koç, de Estambul. "Pero sería erróneo vincular el desarrollo económico con las actitudes políticas o religiosas de los nuevos actores regionales".

Mientras sus vecinos europeos luchan contra la deuda de la crisis soberana, la economía turca ha crecido de forma espectacular, situándose como la potencia económica número 15 del mundo. Conglomerados antiguos y nuevos han sido parte, y se han beneficiado, de lo que los analistas han bautizado como el milagro económico turco.

Con unos ingresos anuales de 4.600 millones de dólares, Boydak Holding juega hoy en la misma liga que veteranas grandes empresas familiares. Pese a sus diferencias culturales, las nuevas y las viejas élites comparten los mismos intereses, afirma Altug.

"Cuando se trata de economía, las políticas de Erdogan siempre han sido pragmáticas y progresistas, y eso es bien recibido por todos los empresarios, sean cuales sean sus posturas políticas o religiosas", afirma. "Al fin y al cabo, el dinero y es el dinero, y los negocios son los negocios".

Los Tigres de la Anatolia surgieron al amparo de Turgut Özal, primer ministro turco en la década de 1980 y después presidente. Este antiguo funcionario del Banco Mundial, influido por sus experiencias como economista formado en EEUU, abrió Turquía a la  economía de mercado, abolió las prohibiciones a las importaciones y promovió las exportaciones.

En un esfuerzo para permitir a todos tener las mismas oportunidades para hacer negocios, Özal recortó los subsidios estatales a las compañías líderes del país y animó a todos los ciudadanos a convertirse en empresarios. Como consecuencia de esta política, infinitos emprendedores de la Anatolia le tomaron la palabra, dando paso a la nueva clase económica de Turquía.

Al igual que sus colegas laicos, las viejas élites empresariales de Estambul, los "calvinistas musulmanes" de Kayseri quieren mejorar su calidad de vida mediante bienes materiales. Se gastan su riqueza en coches grandes, en centros comerciales y en edificios modernos.

Pero a diferencia de la moderna metrópolis de Estambul, en Kayseri hay pocas distracciones para el ocio: no hay bares ni restaurantes elegantes, y mucho menos discotecas o galerías de arte.

Las élites conservadoras de esta ciudad consideran que el trabajo es una especie de religión, justo igual que los calvinistas de antaño, asegura Mustafa Boydak Jr., el segundo hijo mayor de Boydak Sr., refiriéndose a un informe de European Stability Initiative publicado en 2005 en el que llamaban a los Tigres de la Anatolia "calvinistas islámicos" por combinar devoción religiosa con una profunda ética del trabajo.

"La gente piadosa suele ser muy diligente", añade.

"No rechazamos las comodidades modernas", asegura. "Pero salir y beber simplemente no es algo que se suela hacer aquí. A la gente no le gusta perder el tiempo en esas cosas; prefieren para eso estar en casa con sus familias".

Estas nuevas élites conservadores también son los defensores más acérrimos de la solicitud de acceso a la UE de Turquía. De hecho, aseguran que su mentalidad abierta hacia el progreso de tipo occidental es una de las claves de su éxito.

Hace algunas décadas, los hijos de Boydak, Mustafa y Haci, decidieron pasarse al sector de la producción industrial de muebles después de visitar algunas ferias en Europa. Allí se dieron cuenta de que los días de los muebles hechos a mano se habían terminado. Así fue como los Boydak se convirtieron en pioneros en la producción industrial masiva en su región.

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