Feafes reclama mejoras en la atención a la salud mental para "completar la reforma psiquiátrica"


El 25 de abril de 1986 se aprobó en España la Ley General de Sanidad que abría el camino a la reforma psiquiátrica, y con ella al cierre de la práctica totalidad de los Hospitales Psiquiátricos que se mantenían en funcionamiento. Tras 25 años, las asociaciones de personas con enfermedad mental y familiares reunidas en la Confederación Feafes todavía reclaman el cumplimiento integral de esta ley y mejoras en la atención que reciben.
En un comunicado, el presidente de Feafes, José María Sánchez Monge, señala esta fecha como aquella en que se reconoció el derecho de las personas con un trastorno mental a recibir un tratamiento a su enfermedad sin que eso supusiera "separarlas de su comunidad".
Desde Feafes quieren celebrar este "aniversario de la reforma psiquiátrica", como "una apuesta clara" de la inclusión de la persona con enfermedad mental en la sociedad y para adoptar "un modelo de atención comunitaria". Según esta organización, en estos años las mejoras en la atención en salud mental "son innegables". Entre los avances, Sánchez Monge destaca la consolidación de una Estrategia en Salud Mental a nivel estatal y el desarrollo de la Ley de Autonomía Personal.
Sin embargo, el presidente de la Confederación reconoce que existe una "insuficiencia de recursos, tanto en número como en calidad" que provoca que muchas personas con enfermedad mental no accedan a ningún tipo de tratamiento ni de apoyo social. "Son necesarias esas mejoras para que podamos decir que se ha completado la reforma psiquiátrica", agrega.
Además, Sánchez Monge reconoce que la realidad a la que se enfrentan las personas con problemas de salud mental es su situación de exclusión social. "Comprobamos que todavía muchos siguen sufriendo situaciones similares a las que se producían en los antiguos Hospitales Psiquiátricos”, lamenta Sánchez Monge, en referencia a las personas que viven en centros penitenciarios, que están sin hogar, o viven en sus casas, pero "sin recibir ninguna atención".
"LOS MUROS DEL ESTIGMA"
Desde la Confederación, que reúne a 281 asociaciones de personas con enfermedad mental y familiares, proponen la mejora de las Unidades de Salud Mental y el desarrollo de una adecuada "atención comunitaria", tal y como establece la Ley General de Sanidad, con especial énfasis en los programas de atención en los domicilios.
"Así se impedirían la mayoría de los ingresos involuntarios y muchas de las vulneraciones de la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU que aún sufre nuestro colectivo”, explican desde Feafes.
Por último, quieren "celebrar la caída de los muros" de la práctica totalidad de los Hospitales Psiquiátricos. Pero al mismo tiempo, se lamentan de que todavía sigan en pie los "muros del estigma y los prejuicios" a los que se enfrentan las personas con una enfermedad mental. "Confiamos en que en los próximos años, con el trabajo de las Administraciones Públicas y la comprensión del conjunto de la sociedad, también podamos derribar esas barreras", concluye Sánchez Monge.
"LO PEOR QUE TE PODÍA PASAR"
Como recoge el comunicado de Feafes, Francesc Tudurí recuerda perfectamente su primer ingreso en un Hospital Psiquiátrico. Fue el 13 de octubre de 1974, cuando se despertó atado en el centro de Santa Faz (Alicante). Muchos años después, subraya que "entrar en ese sitio era lo peor que te podía pasar", puesto que "el que entraba estaba marcado".
El ahora presidente de la Asociación de Usuarios Pro-Salud Mental de Menorca (S’Olivera) se lamenta de que entonces en esos lugares "no había ningún entretenimiento" y "la medicación te dejaba totalmente anulado". Así, las primeras imágenes que le vienen a la cabeza al recordar su internamiento en Santa Faz son "las paredes altas" y "la gente tirada por el suelo".
Francesc se felicita de que en la actualidad los centros de salud mental son "completamente diferentes", pero al mismo tiempo protesta por el hecho de que en ocasiones la policía intervenga en los ingresos hospitalarios de las personas con enfermedad mental. "Va en contra de la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con Discapacidad", argumenta, y señala que un ingreso en esas condiciones supone "un trauma para la persona ingresada y su familia".
Por eso, defiende que, cuando son necesarios, los ingresos en Unidades de Salud Mental deben realizarse a través del "acompañamiento terapéutico y el diálogo". Según él, la violencia en los ingresos involuntarios es lo que provoca que muchas veces las personas con enfermedad mental no deseen acudir a los centros de salud.
En España, más de un millón de personas tiene un trastorno mental grave, mientras que se calcula que el 88% de las personas con enfermedad mental conviven con sus familias.

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