Ferrolterra llora a sus seis vecinos muertos, dos pendientes de identificar

  • Seis de las dieciséis personas de la provincia de A Coruña que han perdido la vida en el tren que cubría la ruta de Madrid a Ferrol, la última parada de un Alvia que nunca llegó, eran vecinos de los municipios de Ferrol, Narón y Fene, que lloran la pérdida de sus seres queridos.

Lorena Bustabad

Ferrol, 27 jul.- Seis de las dieciséis personas de la provincia de A Coruña que han perdido la vida en el tren que cubría la ruta de Madrid a Ferrol, la última parada de un Alvia que nunca llegó, eran vecinos de los municipios de Ferrol, Narón y Fene, que lloran la pérdida de sus seres queridos.

Son cinco adultos, tres de ellos chicos muy jóvenes de 21, 24 y 25 años, una niña pequeña de dos años, y dos mujeres de 35 y 46 años, que eran madres de dos hijos con los que viajaban. En ambos casos, uno de los dos hijos sobrevivió.

La identidad de otras dos víctimas, una niña de dos años y una joven de 24 todavía no se ha confirmado y todo apunta a que son dos de los tres cadáveres que restan por identificar entre las 78 víctimas mortales -75 ya están confirmadas- y que requieren pruebas específicas de ADN, informan a Efe fuentes próximas al caso.

Ferrol perdió a dos vecinos. Son Tomás López Brión, 21 años -cumplía 22 el próximo mes de agosto- y su madre, Elisa Brión Sobrido, de 46. Los dos viajaban con Laura, la hermana pequeña de 14 años, que sobrevivió y está junto a su padre, Tomás López.

Fue este arquitecto coruñés el que, poco después del accidente, anunció en su muro de las redes sociales la trágica noticia de su pérdida: "Mi hijo ha muerto", publicó en Facebook.

Tomás es primo del centrocampista del Deportivo de A Coruña, Juan Domínguez. Cuando emprendía el viaje de Madrid a Ferrol, Tomás intercambió otros mensajes en la redes sociales con otro primo, Miguel R., al que decía que estaba "saliendo de Madrid" y que todo le iba "cojonudamente".

Madre e hijo ya han recibido sepultura.

En la parroquia de Barallobre, Fene, al otro lado de la ría de Ferrol, lloran la muerte de Lidia Martín, de 35 años y Daniela Recio Martín, de 2 años. Son madre e hija. En el mismo tren, en asientos contiguos, viajaban el padre, Rafael Recio, militar profesional, y el hijo mayor, Iago, de 10.

Los dos salieron prácticamente ilesos y están en casa. La madre y la hija pequeña dejaron sus vidas en la curva maldita de A Grandeira, a 4 kilómetros de Santiago, confirmaron a Efe fuentes de la familia.

Lidia Martín fue identificada ayer. En el caso de la pequeña Daniela, todo apunta a que es uno de los tres cadáveres que restan por identificar y que requieren pruebas específicas de ADN, cuentan fuentes familiares.

En el mismo caso estaría la familia de Nerea García Pérez, de 24 años y vecina de la parroquia de San Xiao de Narón, según concreta el gobierno local de Narón.

El Gobierno naronés ha confirmado que la joven iba en ese tren junto a su novio pero el viernes su nombre todavía no estaba en el listado de víctimas. Planeaba irse a trabajar al extranjero y viajó a Madrid para solucionar el papeleo. Su pareja se bajó en Ourense y ella continuó el viaje hacia la ciudad naval.

La sexta víctima, Rodrigo Antonio de Moledo, al que sus amigos llamaban Tortu por la tortuga que se tatuó en la espalda. Tenía 25 años y regresaba a Ferrol, de donde es natural, para ver a sus padres y amigos desde Madrid, donde vivía y trabajaba como ayudante en la producción del musical '33'.

Sus amigos han pintado un mural con una tortuga en su barrio, según allegados de la víctima.

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