Moscú.- Al menos 68 personas murieron y más de 520 resultaron heridas en los disturbios antigubernamentales registrados el miércoles en la capital de Kirguizistán, Biskek, y que fueron reprimidos violentamente por las autoridades, informó hoy el Ministerio de Salud.
Según un portavoz ministerial, hasta ahora han sido identificados 33 cadáveres.
Por su parte, el opositor Omurbek Tekebáyev, ex presidente del Parlamento, afirmó la víspera que la cifra de muertos ascendía a un centenar.
La dirigente opositora Rosa Otunbáyeva asumió ayer el poder en Kirguizistán tras el derrocamiento del presidente Bakíev, que abandonó la capital y se encuentra en su residencia de Osh (sur), su ciudad natal.
Varios centenares de personas se congregaron esta mañana frente a la Casa Blanca, la sede de la Presidencia, donde la gente entra y sale del edifico y el trabajo del gobierno está paralizado, informó desde Biskek la agencia rusa Interfax.
En la cerca que rodea el edificio cuelga un retrato del presidente derrocado Kurmanbek Bakíev manchado de sangre, mientras la bandera nacional desapareció de la Casa Blanca.
Algunas personas en las escaleras instan a los allí congregados a no llevarse nada del lugar, aunque prácticamente no queda nada en el interior, ya que el inmueble, donde se ven huellas del incendio, fue saqueado.
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