EL ETARRA ENEKO GOGEASCOETXEA SE ENFRENTA A 26 AÑOS DE PRISIÓN POR LA COLOCACIÓN FALLIDA DE UNA BOMBA TRAMPA EN DURANGO

El etarra Eneko Gogeascoetxea Arronategi se enfrenta a 26 años de cárcel en el juicio que comienza este lunes en la Audiencia Nacional por la colocación de un explosivo en un descampado de Durango (Vizcaya), que finalmente no explotó por la rotura de una de las piezas que lo activaba. La Fiscalía le acusa de asesinato terrorista en grado de tentativa y tenencia de explosivos.
Según la Fiscalía, Gogeascoetxea formaba parte del 'comando Katu' en junio de 1997 cuando el día 14, con el pretexto de disuadir a la Policía Autónoma Vasca de que siguiera practicando detenciones en el entorno de ETA colocó junto a Kepa Arronategi Azurmendi una bomba trampa en Durango.
El artefacto estaba formada por tres kilos de cloratita azucarada y azufrada, constaba de un sistema de iniciación formado por un mecanismo de tracción consistente en un sedal de nylon que simularon atravesando una zanja, colocado en disposición de ser accionado por el paso de alguna víctima, que involuntariamente tropezaría con el sedal.
Para propiciar que alguien se acercara, colocaron unos artilugios incendiarios y ocultaron el artefacto con piedras y basura. Su intención es que fuera algún miembro de la Ertzaintza el que se acercara para desactivar el artefacto incendiario. Después llamaron a la Policía Municipal de Durango en nombre de ETA. El artefacto no se encontró y los terroristas volvieron a llamar, esta vez a la emisora Egin Irratia.
El artefacto no llegó a explotar por la accidental rotura de la cartulina que impedía que se cerrara el circuito eléctrico. En todo caso, ese mismo día la Unidad Especial de Desactivación de Explosivos de la Ertzainza logró su neutralización.
El ministerio público entiende que los hechos constituyen un delito de asesinato terrorista en grado de tentativa por el que pide 18 años de prisión, y otro de tenencia de explosivos, por el que solicita ocho años de cárcel.

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