Haití. Más del 50% de puerto príncipe sigue sin desescombrar año y medio después del terremoto


Más de la mitad de la capital de Haití, Puerto Príncipe, continúa sin desescombrar año y medio después del terremoto que asoló este país el 12 de enero de 2010, y unas 600.000 personas siguen viviendo en campamentos de desplazados.
Así lo afirmó, en una entrevista a Servimedia, la jefa de la misión de Cruz Roja Española (CRE) en Haití hasta el pasado mes de junio, Pilar Palomino, quien ha estado presente en las labores de emergencia y reconstrucción del país desde el seísmo.
Palomino explicó que las tareas de desescombro en otras zonas afectadas por el terremoto como Leogane y Acmel se hicieron "rápidamente" por ser áreas rurales, pero Puerto Príncipe es una ciudad "con mucho hacinamiento", lo que dificulta el trabajo de levantar los escombros causados por el terremoto.
"En Puerto Príncipe han desescombrado casi el 50% y lo que queda por desescombrar es como si tienes un campo de fútbol con un kilómetro de profundidad y un kilómetro de altura todo lleno de escombros", apuntó.
Palomino señaló que este trabajo resulta arduo porque "no hay mucha maquinaria pesada en Haití" y "la gente lo está haciendo a mano", y que hay muchas viviendas de las que se desconoce su dueño porque "el Estado no ha tenido capacidad de generar títulos de propiedad".
Por otro lado, Palomino subrayó que "el cólera está otra vez rebrotando" en varios puntos del país con motivo de la temporada de huracanes, después de que surgiera el brote el pasado mes de octubre. Desde entonces se han detectado unos 344.000 casos y casi 5.400 personas han muerto.
"El cólera se va a quedar en Haití de forma endémica. Después de casi un siglo, el cólera llegó y hay que asumirlo como el dengue, la malaria o cualquier enfermedad endémica del país. Hay que aprender a tratarla como endémica y la gente tiene que saber cómo prevenir y las autoridades cómo prestar la atención sanitaria", apostilló.
Por otra parte, Palomino indicó que un año y medio después del terremoto alrededor de 600.000 personas viven en campamentos de refugiados, cuando después del temblor de tierra la cifra era de 1,5 millones. "Va a seguir bajando, pero llegará un momento en que se congele porque habrá un porcentaje de gente que no tenga dónde ir", agregó.

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