Iglesia americana debe afrontar la inmigración con más unidad, dice cardenal

Ciudad del Vaticano, 4 dic.- La inmigración, las redes de narcotraficantes, el consumo de drogas y las políticas para combatirlas preocupan a las iglesias de Estados Unidos, México, Caribe y América Central y deben afrontarlas con una mayor unidad y cooperación entre ellas, afirmó hoy el cardenal Marc Ouellet.

Ouellet, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, hizo esta afirmación durante la presentación en el Vaticano del congreso internacional "Ecclesia in América", que se celebrará en el Vaticano del 9 al 12 de diciembre con el objetivo de intensificar las relaciones de unidad y cooperación entre las iglesias americanas, para afrontar problemas y retos comunes.

El cardenal canadiense dijo que el "valioso" patrimonio de la fe cristiana, "que está en el origen del Nuevo Mundo y que anima la vida de sus pueblos", está sometido en la actualidad a "erosiones" causadas por la "oleada" de secularización, el impacto de una cultura global cada vez más lejana y hostil y la proliferación de las sectas.

La fe cristiana, añadió el purpurado, necesita ser "revitalizada, replanteada y actualizada".

"El intercambio de dones y experiencias entre las Iglesias de Dios que viven en las diversas latitudes del continente puede ser hermoso y enriquecedor. Este intercambio cuenta ya con un laboratorio providencial gracias a la masiva presencia de los 'hispanos' en Estados Unidos y Canadá", agregó el cardenal.

Ouellet se refirió a los problemas y retos comunes surgidos en los últimos quince años y dijo que las Iglesias de América del Norte, del Centro y del Sur deben afrontar juntas la inmigración, "que es una cuestión candente tanto para Estados Unidos como para México, el Caribe y América Central".

También deben afrontar -dijo- las redes del narcotráfico, el consumo de drogas y las políticas para combatirlas; el incremento de la violencia ciudadana que afecta sobre todo a la juventud y las agresiones a la familia y a la cultura de la vida en todo el continente.

Asimismo, la Iglesia está preocupada por la libertad religiosa, la pobreza y la indigencia.

La Iglesia Católica, prosiguió el cardenal, cuenta con una red de instituciones que pueden ofrecer una contribución fundamental para afrontar esos problemas y las diferentes iglesias locales deben potenciar un mayor diálogo, respeto, solidaridad y justicia social.

"Sin una unidad, verdadera y fuerte, no hay protagonismo ni misionero ni social", recalcó el cardenal, que justificó la celebración del congreso en el Vaticano "para subrayar la universalidad de Iglesias que representan más del 50 por ciento de los católicos de todo el mundo".

El uruguayo Guzmán Carriquiry, secretario de la Comisión Pontificia para América Latina, informó de que al congreso asistirán 250 participantes, de ellos un centenar de personalidades del continente americano, así como varios cardenales y 35 arzobispos y obispos de ese continente.

Comenzará con una misa en la tarde noche del día 9 en la basílica de San Pedro del Vaticano, en la que el papa saludará a los participantes y concluirá con otra misa el 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de las Américas, en la iglesia romana de Santa María en Transpontina.

Los participantes analizaron el "acontecimiento guadalupano en el origen de la evangelización del Nuevo Mundo", la "exhortación apostólica postsinodal (documento final de un sínodo): profecía, enseñanzas, compromiso" y "la exhortación apostólica postsinodal "Ecclesia in America" bajo la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe.

También debatirán sobre cuestiones fundamentales para la cooperación entre las Iglesias en el continente.

Los participantes rezarán el rosario en la mañana del 11 de diciembre en los Jardines Vaticanos ante la estatua de Nuestra Señora de Guadalupe y asistirán a la proyección de un documental sobre la imagen de la Patrona de América.