Iglesia católica reconoce fallos en la detección de "terribles abusos"

  • El obispo de Raphoe (Irlanda) admitió hoy que, "durante décadas", sacerdotes católicos cometieron "terribles" abusos sexuales contra menores en su diócesis y admitió que él mismo tuvo "errores de juicio" a la hora de gestionar las denuncias.

Dublín, 30 nov.- El obispo de Raphoe (Irlanda) admitió hoy que, "durante décadas", sacerdotes católicos cometieron "terribles" abusos sexuales contra menores en su diócesis y admitió que él mismo tuvo "errores de juicio" a la hora de gestionar las denuncias.

El prelado, Philip Boyce, efectuó estas declaraciones a través de un comunicado, en respuesta a la publicación hoy de un amplio informe de la Junta Nacional de Protección del Menor de la Iglesia Católica.

Este grupo, creado por las autoridades eclesiásticas para velar por la seguridad del menor, dio a conocer hoy sus conclusiones sobre una revisión de la medidas adoptadas en este país para evitar casos de abusos y abordar las denuncias lanzadas contra sus miembros.

Además de Raphoe (noroeste de Irlanda), el documento analiza la actuación de los responsables católicos en las diócesis de Derry, Dromore, Kilmore, Ardagh Clonmacnoise, así como en la archidiócesis de Tuam.

Boyce reconoció hoy que entre 1975 y 2010, él mismo y sus antecesores en el cargo cometieron graves "errores de juicio" a la hora de responder a las acusaciones de abusos sexuales sufridos por menores por parte de sacerdotes en su diócesis.

"Se cometieron actos de abusos terribles contra niños por parte de curas que nunca debieron suceder y, si hubo sospechas, deberían haber sido abordadas de manera apropiada", declaró el obispo al aceptar las conclusiones del citado informe.

"No se puso suficiente énfasis en las necesidades de las víctimas, a menudo por culpa de la equivocada política de proteger la reputación de la Iglesia. Eran frecuentes los casos en que se retrasaban o no se denunciaban las acusaciones y quejas de abusos sexuales", lamentó Boyce.

El obispo dijo sentirse "profundamente arrepentido" por el terrible dolor infligido a "tanta gente por una minoría de sacerdotes".

"Ofrecemos nuestras más humildes disculpas una vez más y buscamos su perdón por el "espantoso daño" que se les ha causado a "ellos, sus familias y amigos", agregó el prelado.

La investigación de la Junta Nacional de Protección del Menor representa uno de los primeros intentos de la Iglesia para reconocer su fracaso a la hora de atajar este problema en Irlanda.

Antes, el Gobierno de Dublín había conmocionado al país con varios informes que desvelaron su verdadero alcance.

En 2005, el "Informe Ferns" reveló que en la pequeña diócesis de Ferns (sureste de Irlanda) se produjeron más de cien casos de abusos sexuales cometidos entre 1962 y 2002 por sacerdotes católicos.

Cuatro años después, el "Informe Ryan" denunció que miles de menores fueron objeto de abusos sexuales y torturas físicas y psíquicas en instituciones estatales regentadas por religiosos en Irlanda entre 1940 y la década de los 90.

Ese mismo año, el "Informe Murphy" concluyó que en la archidiócesis de Dublín, la mayor del país, las autoridades católicas ocultaron el abuso de niños cometidos por curas entre 1975 y 2004.

El pasado julio, el "Informe Cloyne" estableció que las altas autoridades eclesiásticas en esta diócesis irlandesa obstaculizaron e ignoraron las denuncias sobre abusos sexuales cometidos contra menores por 19 clérigos.

Tras su publicación, el primer ministro irlandés, Enda Kenny, llegó a acusar al Vaticano de participar en esas maniobras de ocultación y calificar su actitud de "vergonzosa", unas declaraciones que han deteriorado las relaciones bilaterales.

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