Imputada por profanar cadáveres humanos y maltratar animales en los ritos

  • Una vecina del municipio tinerfeño de Icod de los Vinos ha sido imputada por supuesta profanación de cadáveres para usar huesos humanos en rituales de santería en los que al parecer se maltrataba a animales, ha informado hoy la Guardia Civil en un comunicado.

Santa Cruz de Tenerife, 8 abr.- Una vecina del municipio tinerfeño de Icod de los Vinos ha sido imputada por supuesta profanación de cadáveres para usar huesos humanos en rituales de santería en los que al parecer se maltrataba a animales, ha informado hoy la Guardia Civil en un comunicado.

La mujer, de 40 años, al parecer actuaba como maestra de ceremonias en rituales que incluían cánticos en un altar decorado con animales muertos y huesos profanados de cementerios.

La actuación de la Guardia Civil se inició en diciembre del pasado año, después de recibir una denuncia porque en una finca del barrio Redondo de Icod de los Vinos se celebraban con relativa asiduidad y sobre todo horas nocturnas y fines de semana, rituales de santería en los que se maltrataban animales.

Las "misas" consistían en ritos con cánticos, en los que los nuevos adeptos eran cortados de manera superficial con machetes y su sangre se derramaba sobre un altar en el que se disponían cabezas de diversos animales, vasijas con restos de huesos, flores y otros efectos, explica el instituto armado.

Agrega la Guardia Civil que a los adeptos se les hacía beber gran ingesta de alcohol, fumar puros, matar aves y hasta algún carnero, y señala que el altar era decorado con restos óseos humanos, supuestamente para la protección de los espíritus y que se sustraían del cementerio de Santa Lastenia, en Santa Cruz de Tenerife.

Los gastos de las ceremonias los sufragaban los nuevos adeptos, quienes pagaban entre 600 y 700 euros en efectivo para su celebración, y también abonaban parte de los gastos de los animales que se iban a sacrificar en una ceremonia conocida como "rayamiento".

Cada "misa" celebrada con anterioridad o posterioridad a las ceremonias, así como los complementos que debían adquirir los adeptos (cuencos de barro con un supuesto espíritu protector), eran cobrados a los asistentes, que pagaban en torno a los 300 euros.

Agentes de la Guardia Civil presenciaron algunas ceremonias y comprobaron que se sacrificaban cabras, gallinas y palomas, se afirma en el comunicado.

Además, los agentes obtuvieron fotografías de interior del cuarto de aperos en el que se celebraban las "misas", y en las que se observan restos de animales junto a una especie de altar.

La Guardia Civil ha intervenido diversos efectos, como restos óseos que el médico forense aproxima a humanos, así como la piel de un reptil de grandes dimensiones, machetes del tipo "kukris" con restos de sangre, plumas, cuchillos, hachas y diversa documentación.

En el interior de un cuarto de aperos anexo a la vivienda se encontraron cabezas de animales, supuestamente de cabras, baifos, conejos, así como restos de otros reptiles, diversas vasijas con amuletos y huesos de animales, junto a una especie de altar.

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