Irlanda promete investigación "exhaustiva" sobre la muerte de una embarazada

  • El Gobierno irlandés prometió hoy una investigación "independiente" y "exhaustiva" de la muerte en un hospital irlandés de una mujer india a la que se denegó un aborto pese a sufrir un embarazo problemático.

Dublín, 15 nov.- El Gobierno irlandés prometió hoy una investigación "independiente" y "exhaustiva" de la muerte en un hospital irlandés de una mujer india a la que se denegó un aborto pese a sufrir un embarazo problemático.

Savita Halappanavar, de 31 años y embarazada de 17 semanas, falleció por septicemia en un hospital de Galway después de que los médicos se negaran supuestamente a practicarle un aborto alegando que la ley impedía acabar con la vida del feto mientras su corazón latiera, pese a que la salud de la paciente se estaba deteriorando.

El ministro irlandés de Sanidad, James Reilly, confirmó hoy que la investigación sobre este suceso, que ha causado una fuerte polémica, correrá a cargo del Departamento irlandés de Sanidad (HSE, sus siglas en inglés), que incorporará a un experto en ginecología "externo e independiente", y pidió "no caer en las prisas para no obtener las respuestas equivocadas".

Esta muerte ha avivado en Irlanda el debate sobre la ley del aborto, una de las más restrictivas de la Unión Europea (UE) y duramente criticada por los tribunales comunitarios.

El aborto es ilegal en este país menos cuando la vida de la madre corre peligro, excepción que, no obstante, nunca ha sido refrendada por los legisladores e incluida en la Constitución, por lo que queda expuesta a la interpretación.

En este sentido, el viceprimer ministro irlandés, Eamon Gilmore, aseguró hoy ante el Parlamento nacional que el Gobierno de coalición entre el conservador Fine Gael y el Partido Laborista, al que pertenece, quiere acabar con esta incertidumbre legal.

Savita Halappanavar era una dentista india de 31 años que residía en Galway (en el oeste de Irlanda), embarazada de 17 semanas, y su caso ha suscitado una notable polémica en su país de origen y acaparado también la atención internacional.

Según su familia, los médicos se negaron a practicarle un aborto alegando que la ley impedía acabar con la vida del feto mientras su corazón latiera, pese a que sabían que la paciente iba a perder el bebé y que la salud de la mujer se estaba deteriorando.

La mujer falleció el pasado 28 de octubre tras sufrir un aborto involuntario en un hospital de Galway, después de que los médicos procediesen a la extracción del feto inerte. La autopsia determinó que la causa de su muerte fue una septicemia.

Su marido, Praveen Halappanavar, ha revelado a los medios que, ante su insistencia para que se la practicase un aborto, los médicos también justificaron su negativa recordando que Irlanda "es un país católico".

Decenas de ciudadanos mostraron anoche su descontento con la legislación vigente con vigilias en Dublín, Cork (sur de Irlanda) y ante la embajada irlandesa en Londres, donde se recordó que miles de mujeres viajan cada año al Reino Unido para terminar sus embarazos.

En Dublín, los manifestantes pidieron al Gobierno de coalición que intervenga para corregir una anomalía histórica, ya que la legislación vigente no contempla una resolución judicial de 1992 que permite la interrupción del embarazo en ciertas circunstancias.

Desde entonces, ninguno de los seis gobiernos sucesivos en Irlanda ha incorporado aquella sentencia a la legislación, a pesar de que también se han celebrado dos consultas populares sobre este asunto en los últimos 20 años.

La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó hace dos años a Irlanda a indemnizar con 15.000 euros a una mujer a la que no se permitió abortar en este país a pesar de que su vida corría peligro.

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