La Academia de Artillería es referente en modelos educativos en Europa

  • Aurelio Martín.

Aurelio Martín.

Segovia, 7 dic.- Con 250 años de vida, que le acreditan como el centro de enseñanza de oficiales en activo más antiguo del mundo, la Academia de Artillería de Segovia es un referente en Europa en el nivel educativo, de instrucción y adiestramiento militar, asegura su director, el general Alfredo Sanz y Calabria.

Ya el jesuita Antonio Eximeno, primer jefe de estudios de lo que primero fue Real Colegio de Artillería, fundado por Carlos III, establece unas pautas pedagógicas y metodológicas "de una actualidad impresionante", añade el general Sanz y Calabria en una entrevista con la Agencia Efe.

Entonces se hablaba del aprendizaje basado en problemas, "escrito en el ADN de los artilleros", según el director del centro, que es ahora la técnica más normal de aprendizaje en los máster, o el estudio de casos, aparte de que se sigue investigando sobre la mejor manera de ser más eficaces y eficientes.

A toda la teoría hay que unirle un conjunto de simuladores que son clave en la formación de los alumnos, por lo que la institución de enseñanza militar recoge información, lo convierte en conocimiento y éste se aplica para el conjunto de las Fuerzas Armadas españolas, subraya su director.

Echando la vista atrás en la historia, el general Sanz y Calabria sostiene que la labor de los artilleros ingenieros es clave en la modernización de España, ya que fueron los introductores del método científico, cuando en la universidad española no existía un pensamiento en este sentido, salvo en las escuelas de los jesuitas.

Cuando pensó en la Academia de Artillería, Carlos III pretendía disponer de unos artilleros que fueran profesionales y capaces de servir sus cañones, en un momento de transición desde un ejército de leva a otro nacional, en la época del reformismo borbónico, ha añadido.

Además, en opinión del general Sanz y Calabria, a los oficiales había que dotarles de una cierta personalidad que no tenían, ya que generalmente procedían de la nobleza, con una formación poco menos que estamental.

El tercer objetivo del monarca ilustrado fue que había que poner en marcha un sistema fabril que en España estaba en manos privadas, porque los borbones eran partidarios de que las fábricas de armamento pertenecieran a la Corona.

A juicio del director de la Academia de Artillería, "hacía falta gente capaz de dirigir las prácticas y había que formarla, la universidad española estaba dominada por la escolástica, el método científico no había entrado y, aunque la revolución industrial campaba por toda Europa, en España era una perfecta desconocida".

El resultado es que el Real Colegio se convirtió en la punta de lanza de muchos aspectos dentro de su tiempo, mientras que en la actualidad aspira a ser un "centro de excelencia" en la gestión de los fuegos en el campo de batalla.

La academia ha obtenido la certificación europea de calidad EFQM, tras la realización de una minuciosa auditoría interna, teniendo en cuenta temas como el respeto medioambiental, la responsabilidad social corporativa o la integración de hombres y mujeres "que en el Ejército está conseguida desde hace muchos años", matiza el general.

Pero atendiendo lo que ya decía en el siglo XVIII el también filósofo y matemático jesuita Eximeno, en su primera lección, no todo es práctica, en la Academia de Artillería, aclara su director, "es muy importante el estudio de la teoría".

De ahí que se mantengan dos tipos de formación diferentes, para los suboficiales, que deben especializarse en procedimientos, siendo clave la práctica, mientras que la de oficiales atiende más a lo abstracto, apunta Sanz y Calabria.

El general se ha mostrado muy satisfecho de los resultados de los actos con motivo del 250 aniversario, basados en la importante labor llevada a cabo en muchos campos por los "hijos del Colegio", que se cerrará con la exposición la "Artillería y el arte", en el Centro Conde Duque, en Madrid, a partir del 17 de diciembre.

La conclusión del aniversario es muy positiva, mantiene el general director: "Nos ha servido para hacer una autoevaluación, para ver de lo que es capaz el centro, entender que tenemos una larga historia a la que nos debemos y darnos fuerza para conseguir los ambiciosos objetivos que pretendemos". EFE

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