La Armada sostiene que la fragata Extremadura era "segura"

  • El vicealmirante Fernando Zumalacárregui ha sostenido hoy que la fragata "Extremadura" es un buque que navegaba "con seguridad" e insistió en que el accidente que provocó la explosión de una de sus calderas, en el que fallecieron dos marineros, se debió a un fallo en los materiales.

A Coruña, 18 jul.- El vicealmirante Fernando Zumalacárregui ha sostenido hoy que la fragata "Extremadura" es un buque que navegaba "con seguridad" e insistió en que el accidente que provocó la explosión de una de sus calderas, en el que fallecieron dos marineros, se debió a un fallo en los materiales.

Zumalacárregui prestó hoy declaración en la tercera sesión del juicio oral que desde el este lunes se celebra en el juzgado militar territorial número cuatro de A Coruña para depurar responsabilidades en el siniestro de la fragata que sufrió el accidente cuando se encontraba atracada en el Arsenal Militar de Ferrol.

El vicealmirante, que dirigió la investigación de la Armada para determinar cuáles fueron las causas del accidente, declaró hoy que este buque había superado todas las revisiones de mantenimiento antes del siniestro.

Hoy también prestó declaración el ex almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), Sebastián Zaragoza, quién afirmó que la navegación a bordo de este buque era "segura".

En total, esta mañana han prestado declaración 11 testigos, oficiales y mandos de la Marina en una sesión que se ha iniciado a las 09.00 y se prolongó hasta las 13.00 horas.

Los hechos que se juzgan se remontan a la madrugada del 19 de diciembre del 2005, cuando una explosión en la sala de calderas de popa del buque se cobró la vida de dos marineros de 20 y 28 años, Erik Noval y Francisco Pérez, que estaban de guardia.

La Armada sostiene desde el 2005 que el accidente fue fortuito y que se debió a la fatiga en los materiales de un buque con tres décadas de navegación. Concretamente, falló una tubería que estaba agrietada en la caldera 1B de popa.

El cabo primera Jorge Gago, mecánico de guardia la noche del accidente y uno de los principales testigos, declaró ayer que alertó hasta en seis ocasiones a sus superiores de los altísimos registros de contaminación por cloro en la caldera.

En declaraciones a Efe, ha denunciado, que la Marina "priorizó la navegación sobre la seguridad del personal" en un buque que "no estaba al 100%" y al que "se le denegaban obras por cosas de presupuesto".

En el banquillo de los acusados se sienta Pablo Varela, oficial jefe de máquinas de la 'Extremadura', acusado de un delito contra la eficiencia del servicio ya que supuestamente ignoró las advertencias de sus subordinados sobre la contaminación de la caldera y, por teléfono, desde su domicilio, les ordenó continuar con el encendido de la maquinaria para participar en unas maniobras al día siguiente.

El buque, una fragata de la clase Baleares (F-75), construida en los astilleros públicos en los años setenta, estaba atracada en el Arsenal Militar de Ferrol.

La caldera explotó a las 02.20 de la madrugada y los dos militares fallecieron abrasados.

Sus familiares, que ejercen la acusación particular, y la Fiscalía piden para el oficial acusado penas de uno a tres años de cárcel y la suspensión de empleo. Reclaman, además, una indemnización por daños morales.

Un tribunal militar coruñés dictó el sobreseimiento del caso en septiembre del 2009. El Ministerio público y la acusación recurrieron al Supremo y el Alto Tribunal ordenó en 2010 la apertura del juicio oral que comenzó el lunes 16 y mañana quedará visto para sentencia.

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