La ciudad ideal puede ser real

  • La ciudad ideal todavía no existe, pero es posible proyectar una urbe más democrática para los discapacitados. Rótulos con letras más grandes en los supermercados, pantallas con traducción al lenguaje de signos en los banco, ascensores en museos y otros edificios históricos… Son medidas simples que pueden cambiar la vida de 3,8 millones de españoles que tienen algún tipo de discapacidad. Si tienes una idea para mejorar la accesibilidad en las ciudades, tu proyecto puede darte un premio de 6.000 euros.

El aeropuerto instala un sistema que reduce los ruidos e interferencias a los discapacitados auditivos
El aeropuerto instala un sistema que reduce los ruidos e interferencias a los discapacitados auditivos
Cláudia Vasconcelos

Imagínate en una silla de ruedas. Ahora piensa que estás en el supermercado y el paquete de galletas que quieres está un metro más arriba de lo más alto que puedes alcanzar. ¿Y si no consigues ver? Alcanzas el paquete, pero ya no puedes leer de qué están hechas las galletas ni siquiera que sabor tienen. De hecho un 8,5% de la población de España – 3,8 millones de personas para ser exactos – tienen que encontrar esas piedras en su camino todos los días. Parecen tonterías, pero esas pequeñas dificultades impiden una ciudad ser accesible para todos.

"No creo que exista una ciudad accesible al cien por cien, pero se trata de diseñar productos y servicios que estén ideados efectivamente para todos", dice Javier Cuesta, presidente de la Fundación 3M, que junto con el Parque de Innovación La Salle ha lanzado esta semana un premio para proyectos de accesibilidad impulsados por estudiantes de grado y postgrado en España.

Pero, ¿cómo sería esa ciudad accesible para los discapacitados, ciegos, sordos, mayores con poca movilidad? El presidente del Parque de Innovación La Salle, Néstor Ferrera, y Javier Cuesta explican como ideas sencillas aplicadas a servicios esenciales de la vida de una urbe pueden hacer esa utopía posible.

1. Señalización. En el supermercado, rótulos con letras más grandes, con un color de letra que contrasta más con el fondo del paquete, informaciones escritas en Braille y una textura más rugosa para los envases y paquetes son algunas de las medidas simples que facilitan la compra de quienes tienen poca visión, no ven o tienen el control de sus manos reducido.

2. Movilidad.Metro con ascensores, autobuses con rampas, suelo táctil para los ciegos que usan bastones… No cuesta mucho adaptar el sistema de transporte, los paseos y edificios a las necesidades de todos. Esta semana, por ejemplo, la Comunidad de Madrid aprobó una inversión de 8,9 millones de euros para instalar 189 ascensores en edificios que representan barreras arquitectónicas para sus vecinos. "Podemos decir que, en España, Ávila, La Coruña y Madrid son buenos ejemplos en este punto", opina Javier Cuesta.

3. Lenguaje adaptado. "Un banco que tenga una pantalla en que se traduce todo para la lengua de signos seguramente va a prosperar, porque ganará un tipo de cliente que antes no podía ser atendido ahí y además su familia y amigos van a querer ser sus clientes. Los costes no son altos, lo que hace falta es la voluntad", ejemplifica Néstor Ferrera.

4. Webs accesibles. Internet no es un terreno democrático para los que tienen algún tipo de discapacidad. "Por ejemplo, casi no hay páginas con programas de descripción de fotos. Ya existe un sensor que puede leer las imágenes y describirlas para quien no consigue ver", revela Ferrera. Los videos con subtitulación ayudarán a los sordos de la misma manera, añade el experto del Parque de Innovación La Salle.

5. Arte democrático. Uno de los cambios más complejos de realizar en una ciudad histórica es hacer accesibles sus monumentos, iglesias, palacios y museos, muchos de ellos ubicados en edificios protegidos por las leyes de patrimonio. "Hay algunos edificios que son obras de arte y no se puede interferir en su estructura. Sin embargo, Francia ya nos ha mostrado que es posible instalar ascensores en castillos, por ejemplo, sin tocar sus elementos arquitectónicos", afirma Ferrera.

Si eres estudiante de grado o postgrado y tienes una idea de producto o intervención urbana capaz de democratizar el acceso a las ciudades puedes competir en la primera edición de los Premios a la Accesibilidad Universal y el Diseño para Todos. El proyecto vencedor rendirá a su autor un importe de 6.000 euros.

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