La guerra entre homosexuales y el Ejército de EEUU no termina

  • Esta semana se ha puesto fin de manera oficial al 'Don't ask, Don't tell'. El Ejército estadounidense ha mantenido una dura actitud en contra de sus soldados homosexuales durante años. Pero la guerra no ha terminado, algunos como Daniel Choi sigue buscando un trato igual que el de sus compañeros heterosexuales.
La guerra entre homosexuales y el Ejército de EEUU no termina.
La guerra entre homosexuales y el Ejército de EEUU no termina.
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Kevin Douglas Grant, Nueva York (EEUU) | GlobalPost

El movimiento a favor de los derechos de los homosexuales en Estados Unido ha vivido un momento histórico cuando el Ejército ha decidido poner, oficialmente, fin a su política de "Don't Ask, Don't Tell" (DADT, "No preguntes, no digas").

Pero uno de los líderes en esta batalla por la igualdad de derechos, el teniente de la Guardia Nacional del Ejército Dan Choi, no se sumó a las celebraciones.

Dado de baja del Ejército en julio de 2010 por infringir sus normas, el condecorado soldado homosexual cuyo caso galvanizó el movimiento todavía está ocupado luchando en dos frentes abiertos contra el Gobierno federal: por el lado político y por el lado legal.

"No voy a celebrarlo. Tengo que prepararme para el tribunal", asegura Choi, un veterano de la guerra en Irak y experto en árabe, sentado cómodamente en su luminoso apartamento de Manhattan, en donde cuelgan numerosos premios por su condición de activista y por sus servicios militares.

Su caso (Estados Unidos contra Daniel Choi) tiene origen en una protesta que lideró frente a la Casa Blanca en noviembre de 2010. Él y otros 12 activistas del movimiento LGBT se esposaron a las verjas de 1600 Pennsylvania Avenue para llamar la atención sobre la campaña para terminar con la política de DADT en el Ejército. Choi se enfrenta ahora a una pena de seis meses de cárcel por desobedecer la orden de desencadenarse de las verjas de la Casa Blanca.

"Que tu país te demande no es algo que te esperes cuando regresas de la guerra", dice Choi, que asegura que su situación se debe a la "homofobia federal".

Inflexible y comprometido con la lucha por los derechos de los homsexuales en un amplio frente político, Choi se muestra profundamente escéptico respecto al liderazgo democrático, especialmente el del presidente Barack Obama, y de muchas organizaciones pro derechos LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales). El teniente Choi, de 30 años, todavía sigue en actitud de batalla.

"El Gobierno nos trata como si fuésemos terroristas", dice. "Ocurre lo mismo con los países donde se están produciendo revoluciones. El presidente quiere seguir en el poder y no quiere nada que le avergüence".

El precio de disentir

Graduado en West Point, Choi todavía sufre estrés post traumático. Tiene daños en los oídos, en los pulmones y en los huesos debido a su reiterada exposición a las explosiones de morteros durante sus 18 meses en Irak, en donde sirvió como traductor. Dice que sus tratamientos son caros y cada vez más caros de pagar con su escasa paga por invalidez (reducida al 50 por ciento tras dejar el Ejército).

Choi también está enfrentado al Departamento de Justicia, ya que se niega a devolver una paga extra de 2.700 dólares que le dieron por unirse a la Guardia Nacional del Ejército de Nueva York.

Los dos años y medio que Choi lleva ejerciendo como portavoz no oficial del movimiento anti DADT le han ayudado a forjar un abundante currículo con activista. Se ha reunido en numerosas ocasiones con militares de todo el mundo y ha intervenido en manifestaciones con activistas LGBT desde Ámsterdam a Moscú, en donde fue detenido. También ha participado en encuentros con iglesias, en simposios internacionales y en sesiones de lobby con miembros del Congreso de Estados Unidos. Según sus cálculos, ha dado charlas en unos 300 colegios y dado unas 1.000 entrevistas.

Una y otra vez ha presionado a Obama para que obligase al Congreso a actuar. Pero su esfuerzo le ha pasado factura: dos crisis nerviosas y seis visitas a la cárcel.

"Ha ocurrido porque nos enfrentamos a la cara a Obama", dice Choi, siempre dispuesto a lanzar feroces críticas contra su ex comandante en jefe.

Quizás lo que más preocupe a Choi ahora es que este nuevo paso hará que la comunidad gay baje la guardia y no luche por una igualdad total social y legal. "DADT se ha convertido en una especie de manipulación", sostiene. "Está claro que Obama no ha cumplido sus promesas con nuestra comunidad. DADT significa para mí que ahora puedo volver [al Ejército]. Y significa que puedo morir por mi país. Pero todavía no me puedo casar en mi país".

Aunque el Acta de Defensa del Matrimonio continúa bloqueando el reconocimiento federal de los matrimonios del mismo sexo, su revocación podría no tardar mucho, según el profesor de Derecho de Harvard Laurence Tribe.

"El martes fue un día histórico", dice Tribe, que contrató a Obama como ayudante de investigación en su primer año como estudiante de Derecho. "Forma parte del desmantelamiento de un sistema nacional de apartheid contra los gays y lesbianas. Y se está desmoronando antes de lo que muchos pensaban que fuese posible".

El martes marcó el fin de lo que se considera en general una política fallida que provocó el abandono de más de 13.000 miembros del Ejército estadounidense por su sexualidad.

Aunque el presidente Truman firmó en 1948 la Orden Ejecutiva 9981 que deroga la segregación en el Ejército, Washington ha esperado más de 60 años para que los soldados homosexuales puedan servir codo a codo junto a los heterosexuales.

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