La Iglesia Católica estadounidense, líder dentro y fuera de sus fronteras

    • Tras superar la crisis de los abusos sexuales, la Iglesia Católica norteamericana es una de las más influyentes en el mundo.
    • Sus relaciones con Roma atraviesan un momento dulce y su liderazgo aumenta sobre todo entre las comunidades latinas.

La Iglesia Católica estadounidense se encuentra en la actualidad en uno de sus momentos más dulces. Atrás quedan los años en los que su imagen estaba completamente hundida debido a los escándalos por abusos sexuales a menores que salpicaron a numerosas diócesis del país.

Durante el pontificado de Juan Pablo II, el liderazgo de los católicos norteamericanos cambió de las órdenes religiosas a las diócesis. Este hecho produjo un distanciamiento entre Roma y Estados Unidos, por un lado, y entre la Conferencia Episcopal del país con muchos creyentes de a pie. El conocimiento público de abusos cometidos por eclesiásticos en el pasado sobre niños agravó la situación y situó a la Iglesia frente a una gravísima crisis de credibilidad.

Las cosas empezaron a cambiar con la llegada de Joseph Ratzinger al papado. Benedicto XVI ejerció de "barrendero de Dios", en palabras de José Manuel Vidal, director de 'Religión Digital'. Promovió la investigación de los abusos sexuales y estableció que se colaborara con las autoridades civiles para resolver los casos.Liderazgos incuestionables

En la actualidad, la situación de la Iglesia Católica en este país es radicalmente diferente. "El episcopado de EEUU está lleno de obispos que ejercen un liderazgo incuestionable ante el pueblo" afirma César Izquierdo, profesor de Teología en la Universidad de Navarra. Los eclesiásticos católicos también están protagonizando un profundo cambio en la forma transmitir el evangelio a los creyentes.

Tal vez el personaje más representativo de este cambio sea el arzobispo de Nueva York, Timothy Michael Dolan. El hombre que gobierna la archidiócesis de Boston, Sean Patrick O'Malley, es otro gran referente; de hecho es uno de los hombres de confianza del papa Francisco y su nombre se postuló como uno de los que más posibilidades tenía de sustituir a Ratzinger al frente de la Santa Sede.

Pero también hay otros pastores que aunque no conciten una gran atención mediática, están contestando "al desafío cultural" que se está produciendo en Estados Unidos. José Manuel Vidal,pone el ejemplo de las protestas de la alta curia frente a la frontera con México para denunciar los miles de inmigrantes muertos en busca de una vida mejor.

El obispo de Seattle, Eusebio Elizondo, o el de Tucson, Gerald Kicanas, han querido emular la visita del papa Francisco a Lampedusa dentro del marco de la "sociedad acogedora" que proponen para EEUU. "La Iglesia no pregunta si se tiene nacionalidad estadounidense" aclara César Izquierdo. Lo que los sacerdotes preguntan a los inmigrantes (mayoritariamente latinos) es si sus hijos pequeños conocen la lengua o si su familia tienen problemas que requieran de ayuda.Simpatía entre los inmigrantes

La Iglesia Católica no oculta su aprobación por la masiva llegada de inmigrantes latinos al país, siempre y cuando puedan ser acogidos. También proponen profundizar en la adaptación de los millones que ya se encuentran dentro del territorio estadounidense. La población latina, mayoritariamente católica y cada vez más numerosa, está jugando un papel muy importante en el crecimiento de feligreses dentro de las órdenes religiosas y de las diócesis, así como en sus actividades.

El aumento de población hispana está permitiendo que en sociedades con costumbres muy liberales, como California o Florida, el catolicismo esté resurgiendo.

Si los actuales sacerdotes y obispos norteamericanos son grandes líderes es porque tienen a gente a la que liderar y que les piden acciones. "La sociedad norteamericana ha sido siempre muy participativa, también en lo religioso" apunta Izquierdo. Este profesor de Teología ve razonable que las acciones de la Iglesia hayan tenido una respuesta positiva en una sociedad a la que le gusta sentirse protagonista.

Las órdenes religiosas están protagonizando uno de los papeles más relevantes en la dinamización actual del episcopado estadounidense. Durante el papado de Juan Pablo II quedaron relegadas a un segundo plano en favor de la "jerarquización y el conservadurismo impuesto desde Roma". Con el nombramiento de Jorge Bergoglio los jesuitas, franciscanos y dominicos han vuelto a la primera línea de la evangelización, apunta Vidal.

Las élites y las bases han ocupado por igual las preocupaciones de los jesuitas. De este modo, los católicos están muy presentes en grandes centros del conocimiento como la Universidad de Saint Louis o la Universidad de Stanford en Palo Alto (California).

La buena situación interna que vive la Iglesia Católica en Estados Unidos, se refleja también en el exterior. En la actualidad, la Conferencia Episcopal norteamericana es una de las más influyentes del mundo. Junto a la alemana suponen el pilar económico de la financiación que recibe el Vaticano.

José Manuel Vidal habla de "lobby" por parte de los cardenales norteamericanos en el último cónclave para elegir a Bergoglio como sumo pontífice. Tenían claro que en el Vaticano querían una línea afín a lo que ha sido siempre su curia, convencieron a los latinos para unirse entorno a una figura. "Buscaban carácter y limpieza en la curia romana".

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