
La gallega está construyendo su propio personaje para dar el salto a esferas más altas, hasta el irónico punto de arriesgarse a que la cabeza le dé vueltas al pisar el Vaticano, como una niña cualquiera de 'El Exorcista'
La gallega está construyendo su propio personaje para dar el salto a esferas más altas, hasta el irónico punto de arriesgarse a que la cabeza le dé vueltas al pisar el Vaticano, como una niña cualquiera de 'El Exorcista'
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