La mitad de peticiones de empleo para víctimas del terrorismo son de mujeres

  • Más de la mitad de las peticiones de empleo acogidas al nuevo programa de inserción laboral de las víctimas del terrorismo puesto en marcha por el Ministerio del Interior proceden de mujeres, ha informado hoy la directora general de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos.

Burgos, 17 oct.- Más de la mitad de las peticiones de empleo acogidas al nuevo programa de inserción laboral de las víctimas del terrorismo puesto en marcha por el Ministerio del Interior proceden de mujeres, ha informado hoy la directora general de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos.

En declaraciones a los periodistas en la clausura de la VII Jornada de Mujeres Víctimas del Terrorismo, organizadas en Burgos por la Asociación de Víctimas de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Ramos ha precisado que de los doscientos currículos que se manejan actualmente en el programa, 112 son de mujeres.

Ha explicado que no todas son víctimas directas de atentados terroristas porque "también se debe compensar de manera singular en el ámbito laboral" a mujeres que se han convertido en cuidadoras de víctimas del terrorismo o han tenido que sacar adelante solas a sus hijos tras la muerte de sus maridos en atentado.

En su opinión, el programa de inserción laboral supone "ir más allá" de la reparación económica directa, la ayuda psicológica o el apoyo social.

La directora general ha asegurado que el Ministerio del Interior busca establecer más convenios con empresas para que se adhieran a este programa, como ya han hecho varias multinacionales.

En estas jornadas han participado mujeres de agentes de la Policía y la Guardia Civil, pero también madres, hijas y hermanas de víctimas del terrorismo.

Una de ellas, Eva Pato, viuda de un policía nacional asesinado por ETA, ha reivindicado una mayor protección por parte de la administración y ha denunciado el desamparo al que se vio sometida tras el fallecimiento de su esposo.

Su marido se suicidó en 1994 cuando sufría un grave cuadro de estrés y se consideró muerte por enfermedad, cuando, a su juicio, "debía haberse considerado víctima del terrorismo" porque el desencadenante fueron varios atentados que se sucedieron en esa época en Pasajes (Guipúzcoa), donde él vivía y trabajaba. EFE

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