La Policía dispara contra trabajadores en huelga en Camboya

Bangkok, 3 ene.- Al menos tres personas han muerto hoy en Camboya después de que la Policía disparara contra trabajadores del textil, en huelga desde la semana pasada para exigir una subida del salario mínimo, en la segunda jornada consecutiva de violencia.

El jefe de la Policía municipal de Phnom Penh, Chuon Narin, dijo que "de momento hay tres muertos confirmados, dos heridos y dos personas detenidas por las fuerzas de seguridad".

La organización de defensa de los derechos humanos Adhoc elevó a cinco el número de manifestantes muertos, a 42 los heridos y 15 los detenidos, a través de su cuenta de Twitter pero que todavía no ha sido confirmado por fuentes oficiales.

"He visto al menos a tres personas muertas, pero policías con los que he hablado me han dicho que al menos hay cinco muertos y 22 heridos", dijo Chan Soveth, uno de los investigadores de Adhoc, al periódico "Cambodia Dialy".

Los incidentes ocurrieron delante del parque industrial Canadia, situado en la avenida Veng Sreng, en el distrito de Pur Senchey de Phnom Penh, informó la prensa local.

Centenares de manifestantes, armados con palos y barras de hierro, se atrincheraron por la mañana detrás de barricadas en este suburbio industrial de la capital, tras forzar la retirada de la Policía en los disturbios que comenzaron ayer y duraron toda la noche.

La Policía Militar respondió con ráfagas de armas automáticas al lanzamiento de piedras y cócteles molotov por parte de los manifestantes, contra los que cargó con escudos y bastones, y el lanzamiento de gases lacrimógenos y bombas de ruido.

El comandante de la Policía Militar de Phnom Penh, Roth Srieng, dijo: "No podemos permitir que bloqueen la carretera. Tenemos que disolverlos. No tenemos otra opción", al justificar la carga que horas después permitió a los agentes hacerse con el control de la zona.

Los disturbios ocurrieron un día después de que una unidad de las fuerzas especiales del Ejército disolviera violentamente una protesta de trabajadores en la fábrica Yak Jin, situada en la misma zona industrial del distrito de Pur Senchey.

Un centenar de soldados, armados con porras, cuchillos y rifles, provocaron dos choques violentos y detuvieron al menos a quince personas entre líderes sindicales, trabajadores y monjes budistas que se habían unido a la protesta.

Varias ONG denunciaron la intervención de los militares contra población civil como muestra de "una nueva táctica alarmante para suprimir violentamente las protestas largamente pacíficas".

La violencia estalló ayer después de que terminara sin acuerdo una reunión entre el Gobierno camboyano y representantes sindicales sobre un incremento salarial por el que los trabajadores están en huelga desde la semana pasada.

El Ejecutivo propuso esta semana un aumento adicional de 5 dólares a una anterior oferta de subir el salario mínimo de 80 a 95 dólares mensuales, pero las trabajadores rechazan estas ofertas y piden que el aumento llegue a los 160 dólares al mes.

La Asociación Camboyana de Fabricantes del Textil denunció los daños causados por los manifestantes en varias fábricas y rechazó la oferta del Gobierno de participar en las negociaciones hasta que se garantice la seguridad.

La organización acusa a los sindicatos de provocar la violencia y condicionar las negociaciones con amenazas.

"Queremos que el Gobierno haga cumplir la ley y garantice la seguridad. No atenderemos a ninguna reunión hasta que la situación se haya calmado", dijo a Efe por teléfono el secretario general de la asociación, Ken Loo.

Según el portavoz de la patronal, el 85 por ciento de las 500 fábricas del país, la mayoría situadas en polígonos industriales de la capital, siguen cerradas debido a los disturbios.

La industria textil y de calzado emplea a unas 500.000 personas y representa alrededor del 95 por ciento de las exportaciones de Camboya, con un volumen de negocio que en los primeros once meses del año se situó en cerca de 5.070 millones de dólares.