La serpiente venenosa más grande de Europa habita en Terra Natura Benidorm

  • La serpiente venenosa más grande de Europa, un ejemplar de cobra real cuya longitud supera los cuatro metros y su veneno puede matar a un elefante o un ser humano en menos de quince minutos, reside desde hoy en el parque de animales Terra Natura Benidorm.

Benidorm (Alicante), 16 dic.- La serpiente venenosa más grande de Europa, un ejemplar de cobra real cuya longitud supera los cuatro metros y su veneno puede matar a un elefante o un ser humano en menos de quince minutos, reside desde hoy en el parque de animales Terra Natura Benidorm.

Junto con este reptil, que vivía anteriormente en un zoológico británico y ha sido bautizado con el nombre de Frank, ha llegado una hembra de la misma especie que mide 3,80 metros de largo.

Su gran tamaño y la cantidad de veneno que suministra a su víctima mediante una mordedura son suficientes para matar a un elefante o a un ser humano en menos de quince minutos.

El veneno de estos ejemplares es una neurotoxina que ataca al sistema nervioso con efectos devastadores y contiene una enzima, la lecitinasa, capaz de destruir rápidamente la pared celular y causar serios daños en los tejidos, han informado hoy fuentes de Terra Natura Benidorm en una nota.

Esta especie presenta unos colmillos casi verticales e inmóviles en la parte anterior superior y, en el caso de Frank, alcanzan los once milímetros de largo.

Los expertos de Terra Natura han extremado las medidas de seguridad durante el traslado de las serpientes y no existirá el contacto directo entre los cuidadores y las cobras en el parque de Benidorm, puesto que el último cuidador del macho falleció en un zoológico británico después de que el ejemplar le mordiera mientras lo manipulaba.

Por ello, se han colocado distintas cámaras con puertas que permiten aislar y controlar perfectamente a cada ejemplar mientras reciben la alimentación o medicación sin que sea necesaria la manipulación directa.

Asimismo, la instalación donde habitan los animales la conforman cristales de seguridad y sistemas de calefacción duplicados para mantener una temperatura constante de 28 grados.

De las cuatros áreas en la que se divide, dos se han destinado a mantener separados al macho y a la hembra, y las otras como reserva de contención, cuya temperatura es de 28 grados.

Las cobras pueden acceder libremente a su instalación y su reserva de contención, lugares que eligen en función de su termorregulación.

Además, esta especie presenta una gran agresividad, puesto que, en ocasiones, el macho devora a la hembra tras la cópula.

Para evitar la necesidad de volver a aparearse, las hembras pueden almacenar el esperma del macho durante varios años y así fertilizarse a sí mismas.

Al ser una especie ofiófaga (se alimenta de otras serpientes), resulta muy difícil mantener esa dieta cuando están en cautividad.

Por ello se les acostumbra de manera progresiva a comer roedores, un proceso que comienza dando trozos de rata que son camuflados con los restos que mudan las serpientes cuando cambian su piel.

Así, el ejemplar acepta el alimento por el olor hasta que finalmente acaba por acostumbrarse a ingerir directamente la carne de roedor.

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