La SNCF conocía defectos en vía con descarrilamiento mortal al sur de París

  • Los inspectores de la compañía ferroviaria francesa SNCF habían constatado desde febrero defectos en el tramo de la vía al sur de París donde el pasado 12 de julio se produjo el descarrilamiento de un tren en el que hubo siete muertos y decenas de heridos, pero no se corrigieron, reveló hoy "Le Figaro".

París, 26 sep.- Los inspectores de la compañía ferroviaria francesa SNCF habían constatado desde febrero defectos en el tramo de la vía al sur de París donde el pasado 12 de julio se produjo el descarrilamiento de un tren en el que hubo siete muertos y decenas de heridos, pero no se corrigieron, reveló hoy "Le Figaro".

El diario reveló que en varios informes de inspección de las vías en la estación de Bretigny sur Orge se daba cuenta de fisuras y de la ausencia de un tornillo en una pieza metálica que ensambla los raíles, y que tras soltarse se encastró en un cambio de agujas y provocó el descarrilamiento.

Según uno de esos documentos, fechado el 21 de febrero y que cita "Le Figaro", los inspectores habían anotado la falta de uno de los cuatro tornillos que sujetaban esa eclisa a los raíles, un problema que no se reparó y que podría haber originado el siniestro del tren París-Limoges.

El 4 de abril, en otra de las revisiones regulares a que era sometida la vía, los empleados de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) indicaron que había fisuras en uno de los raíles de los que saltó la eclisa.

Trabajadores de la compañía, que quisieron mantener el anonimato, dijeron a "Le Figaro" que si esas averías se hubieran arreglado el accidente no se habría producido.

Estas revelaciones se suman a un informe interno de la SNCF, conocido el pasado lunes, en el que se apuntaban a fallos en el mantenimiento de la vía para explicar el descarrilamiento mortal.

Los técnicos de la empresa ferroviaria realizan exámenes de las vías con una frecuencia que depende de la utilización de cada tramo.

En el caso de la estación de Bretigny sur Orge, a una treintena de kilómetros al sur de París, por donde circulan unos 400 trenes diarios -entre ellos los de una de las líneas de cercanías de la capital francesa- se había hecho la última del cambio de agujas incriminado el 4 de julio, ocho días antes del siniestro.

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