La UE quiere intensificar el retorno de migrantes económicos

  • Los ministros de Interior de la UE abogaron el jueves en Luxemburgo por intensificar el regreso de los migrantes económicos a sus países de origen y terminar con "los abusos del sistema de asilo" comunitario.

Junto con el reparto en la UE de 160.000 refugiados, que los países miembros aceptaron tras fuertes disensiones, el refuerzo y la intensificación del sistema de retorno de los migrantes económicos hacia sus países de origen constituye la otra fase del plan para hacer frente a la llegada masiva de migrantes.

Desde principios de año unas 600.000 personas llegaron ilegalmente a la UE, la mayoría huyendo de conflictos como el de Siria. Según la ACNUR más de 3.000 personas murieron en el intento de alcanzar las costas europeas cruzando el Mediterráneo.

"Los que no necesitan protección internacional deben regresar a sus países de origen. Este punto es una condición para que el reasentamiento [de los 160.000 refugiados] sea aceptado y tenga éxito", dijo en conferencia de prensa el ministro de Interior luxemburgués, Jean Asselborn, dando cuenta del debate con sus homólogos.

Los ministros adoptaron un documento en el que precisan las políticas a seguir, empezando por incentivos para las partidas voluntarias, pero también para reforzar y precisar las condiciones para agilizar las expulsiones forzadas.

Las cifras oficiales dan cuenta de que el 40% de las personas a las que se les denegó en 2014 un permiso de estancia en la UE abandona efectivamente el territorio europeo.

"Es la otra cara de la moneda. Hay que utilizar mejor los sistemas de información existentes para un sistema integrado de gestión de los retornos", estimó el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos.

La UE "debería utilizar un paquete equilibrado de incentivos y presiones para mejorar la cooperación con terceros países sobre readmisiones y retornos", añadió el texto.

"Tenemos una estrategia muy clara (...) como Europa damos el dinero de la cooperación internacional sólo si ellos [los países africanos] nos ayudan (...) si no nos ayudan nosotros no les daremos el dinero de la cooperación internacional", dijo a la prensa el ministro italiano, Angelino Alfano.

Según las conclusiones del encuentro, la UE debería asimismo "establecer acuerdos de readmisión" con los países de origen.

"Hay que acelerar nuestra colaboración sobre las readmisiones con los terceros países de donde vienen los migrantes ilegales", agregó Avramopoulos mencionando Pakistán.

Los ministros también reafimaron su voluntad de retomar el control de las fronteras exteriores del bloque, aquellas que limitan con países no miembros de la UE, que no resistieron al flujo de solicitantes de asilo y obligaron a varios Estados miembros a restablecer los controles en las fronteras interiores del espacio Schengen.

"Si no logramos hacer más eficaz el control de las fronteras exteriores, corremos un riesgo enorme de que Schengen [el espacio sin controles fronterizos de la UE] no sobreviva", estimó Asselborn.

Según Asselborn "una mayoría de países" está a favor de una gestión colectiva de las fronteras, una idea que se enfrentará a la hostilidad de algunos Estados miembros.

Los ministros analizaron el avance en la creación de los centros de registro ("hotspots") destinados a controlar la llegada de refugiados a Grecia y a Italia.

En estos centros se realizará la primera "selección" entre los solicitantes de asilo.

El primer resultado concreto del mecanismo de reparto de refugiados adoptado por la UE podrá constatarse el viernes cuando desde Italia partan hacia Suecia 20 refugiados eritreos, los primeros de 160.000 que podrán beneficiar del programa.

Este jueves por la noche, los representantes de los 28 prometieron en una reunión conjunta ayudar a los países de la llamada "ruta de los Balcanes" (Albania, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Serbia y Kosovo), así como con representantes de Turquía, Líbano y Jordania.

"Debemos unir nuestras fuerzas", dijo la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini.

En la declaración final los participantes constatan que las capacidades de acogida de esos países "están bajo presión". La UE se compromete a desbloquear más ayuda, pero reclama la apertura de nuevos centros de registro, "una gestión eficaz de las fronteras" y "luchar contra el tráfico de migrantes y seres humanos".

pa/jz

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