Las colas kilométricas para despedir a Suárez continúan a medianoche

  • A medianoche las colas para ver la capilla ardiente de Adolfo Suárez, que permanecerá abierta durante toda la noche, siguen acogiendo a las miles de personas de todas las edades que, robándole horas al sueño, han venido a homenajear por última vez al ex presidente del Gobierno.

Sofía Martínez

Madrid, 24 mar.- A medianoche las colas para ver la capilla ardiente de Adolfo Suárez, que permanecerá abierta durante toda la noche, siguen acogiendo a las miles de personas de todas las edades que, robándole horas al sueño, han venido a homenajear por última vez al ex presidente del Gobierno.

Se prevé que la capilla permanezca abierta hasta las 10 de la mañana del martes, tras lo cual los restos de Suárez serán despedidos con honores militares y trasladados a Ávila, donde será enterrado.

Algunos de los que acuden a despedirle bajan la cabeza, otros se santiguan, se emocionan y escudriñan caras conocidas entre la zona de autoridades al pasar por delante del féretro de Suárez.

Frente a él se reúnen sus familiares y políticos en un velatorio que se prolongará toda la noche "hasta que haya gente que quiera entrar", afirman fuentes del Congreso.

El último representante político que se ha acercado al Palacio de San Jerónimo ha sido Javier Solana, que ha presentado sus condolencias ante la familia Suárez.

Los ciudadanos también muestran a su modo su pesar por la muerte del ex mandatario. Nada más salir de la capilla, a Charo se le llenan los ojos de lágrimas, "para mí este hombre ha significado mucho" asegura mientras baja las escaleras del Congreso.

Como ella, miles de personas caminan fugaces frente al féretro después de pasar hasta cuatro horas de espera, cada vez más corta gracias a la labor de los trabajadores de la Cámara Baja que han conseguido acelerar el trayecto.

A la entrada, la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, recibe a los asistentes con un saludo y un apretón de manos: "vayan pasando por favor", les indica a la entrada de la capilla.

A la salida, las valoraciones de quienes han tenido que esperar hasta medianoche son de todo tipo: "yo esperaba un libro de condolencias", asegura una joven, aunque la mayoría comentan que "ha sido muy poco tiempo para tanta espera".

Muchos se despiden de los compañeros de cola, con quienes han compartido horas de charla, frío y viento y entre quienes ha surgido una espontánea amistad.

Uno de ellos es José Antonio, párroco madrileño que describe esta experiencia como "impresionante" y asegura que "habría hecho cualquier cosa" por el ex presidente, "hasta esperar diez horas más si hubiera sido necesario".

Entre las caras de tristeza y emoción se adivinan algunas de cansancio, sobre todo la de los niños, que hunden la cabeza en el abrigo de sus padres esperando a que llegue la hora de irse a la cama.

"Están muy cansados, pero creo que merecía la penan que lo vieran", cuenta Olaya, madre de Ana, de nueve años, y de Óscar, de 15, que hoy han visitado por primera vez el Congreso.

Cecilia también ha acudido con su familia para decir su último adiós a Suárez, y a la salida de la Cámara Baja asegura que, como ciudadana "estaba obligada" a venir aquí: "creo que todos deberíamos despedir a este hombre, independientemente de las ideas políticas".

A medianoche la mayoría de los que esperan la larga cola para entrar al Congreso son jóvenes de entre 20 y 30 años, una generación que, aunque no ha conocido a Suárez, se han acercado a mostrar sus respetos al expresidente.

Las largas colas que se han producido durante toda la jornada en las inmediaciones del Congreso han sido una buena noticia para los restaurantes y bares de la zona, sobre todo los que siguen abiertos a medianoche, pues aseguran que esta tarde "han recuperado las pérdidas" que se habían producido esta mañana.

A medianoche los asistentes siguen pasando al Congreso de dos en dos y todavía se estima que hasta la madrugada lo sigan haciendo, algunos de ellos con rosas rojas en la mano, con la intención de despedir a Adolfo Suárez.

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