Las finanzas eclesiásticas, a examen en Alemania por el obispo despilfarrador

  • El caso del obispo alemán acusado en los medios de despilfarro en la construcción de su nueva residencia, cuyos ecos han llegado hasta el Vaticano, ha puesto bajo la lupa las finanzas de la Iglesia católica en Alemania, a la que los partidos de la oposición exigen transparencia.

Berlín, 15 oct.- El caso del obispo alemán acusado en los medios de despilfarro en la construcción de su nueva residencia, cuyos ecos han llegado hasta el Vaticano, ha puesto bajo la lupa las finanzas de la Iglesia católica en Alemania, a la que los partidos de la oposición exigen transparencia.

El "impuesto eclesiástico" es la fuente fundamental de financiación tanto de la Iglesia católica como de la protestante, las dos principales del país, y es pagado por los ciudadanos registrados como miembros de una de las dos comunidades y que perciben un sueldo.

Junto a los impuestos sobre la renta habituales, estos ciudadanos destinan a la iglesia adicionalmente el equivalente al 9 % de su retención salarial (el 8 % en los estados federados de Baden-Württemberg y Baviera) con lo que se estima que, de media, un católico paga anualmente a su iglesia alrededor de 650 euros.

Con este sistema, que tiene su origen en la secularización de principios del siglo XIX, la Iglesia católica recaudó el año pasado 5.200 millones de euros y la protestante en torno a 4.770 millones, según sus respectivas memorias anuales.

El resto de sus ingresos procede de las rentas de sus propiedades e inversiones, donaciones o de las tasas que cobran por prestar desde servicios educativos a funerarios.

El modelo está puesto en cuestión ante la polémica que rodea al obispo de Limburg (oeste del país), Franz-Peter Tebartz-van Elst, acusado primero de mentir al negar que viajó a la India en primera clase y después de despilfarro, tras conocerse que las obras de su nueva residencia ascienden a 40 millones de euros, frente a los 5,5 millones inicialmente anunciados.

Como señaló la diputada socialdemócrata Kerstin Griese al semanario Der Spiegel en su versión online, "hay muchos católicos que abogan, con motivo, por una reforma de estas finanzas".

En la misma línea, Josef Winkler, de los Verdes, exigió más transparencia, convencido de que para recuperar la confianza de los católicos la iglesia necesita "no sólo palabras, sino también cambiar algo con hechos".

La pérdida de confianza en los estamentos eclesiásticos es de hecho una de las causas esgrimidas al intentar explicar la continua caída de creyentes, tanto en la Iglesia católica como en la evangélica.

Según recoge la Conferencia Episcopal en su memoria, desde 1990 más de 100.000 personas abandonan la Iglesia católica cada año, 118.335 el pasado año.

En el caso de la Iglesia evangélica, las "apostasías" ascendieron en 2012 a 141.497.

Dejar de ser miembro de una Iglesia es en Alemania un procedimiento reglado en cada "Land" o estado federado, que cobran entre 5 y 60 euros por los trámites que es obligado cumplimentar.

Los últimos datos oficiales de las dos principales confesiones muestran que, de los 80,2 millones de habitantes, 24,3 se declaran católicos y 23,6 protestantes; más de un tercio de los alemanes son aconfesionales o profesan una religión no cristiana.

El obispo Franz-Peter Tebartz-van Elst, cuestionado públicamente por varios miembros de la curia, está ahora en Roma y los medios alemanes especulan sobre su futuro.

Por separado, también está en la capital italiana el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Robert Zollitsch, quien antes de viajar al Vaticano desveló su interés en abordar la polémica que rodea al prelado de Limburg con el papa Francisco.

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