Las mujeres también se interesan por el turismo sexual

  • En contra del tópico de que son los hombres occidentales los que viajan a destinos de turismo sexual como Tailandia o el Caribe, también hay mujeres europeas y norteamericanas que buscan lo mismo incluso en países poco asociados con este negocio como Jordania y Senegal, donde algunos hombres prestan su compañía a las mujeres occidentales a cambio de regalos como aparatos electrónicos o dinero.
Freya Petersen | GlobalPost

(Boston, EEUU). La detención de 28 jóvenes acompañantes en Indonesia, acusados de ofrecer sexo a turistas extranjeras, pone de manifiesto el auge de un fenómeno mundial. Los corresponsales de GlobalPost han sido testigos del turismo sexual para mujeres en diversos rincones del planeta como Jamaica, Jordania o Senegal. También han aparecido documentales y literatura que retratan esta próspera subcultura. En los hoteles y playas de las zonas más turísticas se puede ver a mujeres negociando servicios sexuales con hombres locales.

Los arrestos recientes, todos en la isla de Bali, han coincidido con la aparición de un documental sobre estos gigolós de lugares de vacaciones. “Cowboys in Paradise” ("Vaqueros en el paraíso"), incluye entrevistas con jóvenes balineses y las extranjeras que contratan sus servicios. La película estaba en internet, pero sus creadores la han retirado de la página oficial.

Según Jeannette Belliveau, autora de “Romance on the Road”, no es la primera vez que se describe el fenómeno. “Sucede en todas partes, desde Fiji hasta Perú, no sólo en el Caribe, África o el sur de Europa”. Los corresponsales Tom A. Peter, en Jordania, y Anne Look, en Senegal, indican que es un negocio en pleno auge para los hombres de esos países, en especial para los más jóvenes.

Peter, establecido en Ammán, ha viajado hasta el sur de Jordania, donde muchas extranjeras –principalmente europeas según cuenta- participan del turismo sexual. Algunas incluso se involucran románticamente con los guías locales y otros empleados de la industria turística. Look, desde Senegal, ha descubierto que las playas son un paraíso para las occidentales “de cierta edad”: Los jóvenes viven en un círculo de pobreza y de sexo, a cambio de regalos como aparatos electrónicos o simplemente dinero.

Muchas de estas mujeres declaran que hacen algo que los hombres de mediana edad llevan siglos practicando: relacionarse con alguien 20 años más joven y pagándole todos los gastos a cambio de sexo.

El turismo sexual femenino, obviamente menos conocido que el masculino –y probablemente más tabú- ha sido durante años objeto de debate y tema de inspiración para escritores, cineastas e investigadores. El director J. Michael Seyfert explica en su película "Rent-a-Rasta" la historia de jamaicanos que ofrecen “servicios” de compañía o sexuales a extranjeras a cambio de dinero, regalos o incluso la promesa de un futuro mejor en el extranjero.

El filme, realizado en el año 2006, recogía la historia de una conocida película de los años 90: "El turismo sexual, un producto de la esclavitud, no es nuevo en el Caribe. Cada año, 80.000 mujeres de mediana edad llegan a Jamaica a recuperar las ganas de vivir”.

Otro filme, "Vers le Sud" (“Hacia el Sur”), también de 2006, narra la historia de un grupo de mujeres norteamericanas y europeas que visitan Haití a finales de los años 70 y conocen a jóvenes haitianos (casi todos adolescentes), ansiosos de ofrecerles sexo a cambio de regalos o dinero. En la película, el personaje de “Ellen”, una inglesa de 55 años, habla sin tapujos del tema: “Siempre he dicho que cuando sea vieja pagaré a jovencitos para que me amen”.

Los motivos que llevan a las occidentales a involucrarse en este tipo de relaciones también son temas de estudios serios. En “Romance on the Road”, Belliveau reúne una cantidad impresionante de estadísticas y explica su propia experiencia y la de otras mujeres que viajan solas.

“Los conquistadores a lo largo de la historia se han llevado a las mujeres originarias del lugar [que visitaban] como parte del botín del choque de culturas. Hoy en día, el héroe conquistador es la mujer occidental que tiene un buen trabajo como enfermera o la profesión que sea. Y puede escoger a sus hombres”, afirma. “No siempre tiene que ver con un intercambio de dinero. Estoy cien por cien segura de que algunas de las mujeres [de mi investigación] no pagaron”, concluye Belliveau.

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