Las ONG, preocupadas por la seguridad de los trabajadores humanitarios

  • Con motivo del Día Internacional de la Asistencia Humanitaria, Acción contra el Hambre ha destacado la labor de los trabajadores humanitarios y ha recordado que en los últimos años se han convertido en blanco de los grupos armados en numerosas partes del mundo.

Madrid, 19 ago.- Con motivo del Día Internacional de la Asistencia Humanitaria, Acción contra el Hambre ha destacado la labor de los trabajadores humanitarios y ha recordado que en los últimos años se han convertido en blanco de los grupos armados en numerosas partes del mundo.

La gestión de la seguridad de los profesionales humanitarios se está convirtiendo en una prioridad para numerosas organizaciones, explica Gemma Boada, directora de Recursos Humanos de esta ONG, que trabaja en medio centenar de países.

"Acción contra el Hambre siempre ha situado la gestión de la seguridad como la máxima prioridad de trabajo, ya que la integridad de nuestros cooperantes en su desempeño humanitario es algo irrenunciable", asegura.

El Día Internacional de la Asistencia Humanitaria rinde homenaje a aquellos voluntarios y trabajadores humanitarios que han muerto o sufrido heridas, mientras cumplían su labor solidaria.

"La aceptación de la población local es la mayor garantía de seguridad para un trabajador humanitario", recuerda.

Gonzalo Palacios, responsable de Seguridad de la organización, encargado de vigilar el nivel de riesgo y amenaza, indica que la estrategia de seguridad se basa en tres pilares: la protección, la disuasión y la aceptación, y apuesta por este último, como el que "más garantías de seguridad ofrece a un cooperante".

"La mejor protección que puedes tener es la aceptación por parte de la población local, que te respete y te proteja porque sus miembros quieren que te quedes con ellos. Rehuimos todo lo posible de las medidas extremas como el uso de escolta militar o los coches blindados, porque son demasiado aparatosos", añade.

En este sentido, el responsable de la ONG considera que "en nada beneficia a la ayuda humanitaria la confusión entre actores humanitarios y militares o armados".

Entre las normas de seguridad se incluyen la comunicación constante durante trayectos peligrosos, el deber de regresar a las bases antes de la caída del sol o la identificación de todos los equipos con el material de visibilidad necesario para ser reconocidos como actores humanitarios.

"Aunque parece que la peligrosidad de muchos países reside en la violencia, son en realidad los accidentes de tráfico la primera causa de mortalidad de los cooperantes. Conducir es peligroso, por lo que somos muy estrictos, por ejemplo, sólo chóferes profesionales están autorizados a conducir un vehículo de la organización, en las rutas o a las horas de conducción permitidas", indica.

Advierte de que no hay que quedarse con la idea de que esta es una profesión peligrosa, pero destaca la importancia de que se asuma que es "una profesión muy seria, no una aventura".

Por ello, aconseja que tanto las organizaciones, como los trabajadores humanitarios deben hacer una gestión preventiva, profesional y continua de los riesgos de seguridad.

"Si se ponen todas las medidas necesarias para cada caso, la exposición al riesgo se minimiza", concluye.

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