Las propias víctimas de los disturbios en Birmania reconstruirán 1.594 casas

  • Las víctimas de los disturbios en Meiktila, la población del centro de Birmania (Myanmar) donde brotó la violencia sectaria el 20 de marzo, reconstruirán ellas mismas las 1.594 viviendas que fueron destruidas y el Estado aportará los materiales, informa hoy la prensa local.

Bangkok, 4 abr.- Las víctimas de los disturbios en Meiktila, la población del centro de Birmania (Myanmar) donde brotó la violencia sectaria el 20 de marzo, reconstruirán ellas mismas las 1.594 viviendas que fueron destruidas y el Estado aportará los materiales, informa hoy la prensa local.

Un alto funcionario del Ministerio de Bienestar Social señaló que el Estado desembolsará 5.300 millones de kyats (6,04 millones de dólares o 4,71 millones de euros) para las nuevas casas en Meiktila, que tendrán una superficie de unos 40 metros cuadrados.

"Hemos entregado ya materiales a los refugiados en los campos de acogida. También hemos distribuido alimentos como arroz, aceite, sal y judías, entre otras necesidades", dijo el director del departamento de Reasentamiento, Than Htut Swe, según el diario "Eleven Myanmar".

La gran mayoría de las viviendas destruidas pertenecía a las barriadas musulmanas y era la típica construcción de la región hecha con madera y techo de planchas de zinc.

Los enfrentamientos entre las comunidades musulmana y budista surgieron en Meiktila el 20 de marzo pasado a raíz de una discusión entre un comerciante y un cliente, y de allí se propagó a otras localidades.

A pesar de las medidas de excepción y toques de queda impuestos por las autoridades en las poblaciones afectadas, 43 personas han muerto, 86 han resultado heridas y 12.000 han tenido que abandonar sus hogares, mientras 68 están detenidas por su implicación en los incidentes.

La ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y gobiernos de otros países han expresado su preocupación por la inestabilidad que causan los disturbios en un país con cerca de 60 millones de habitantes de los que el 89 por ciento son budistas, un 4 por ciento musulmanes y el resto de otras religiones.

El año pasado, la violación y asesinato de una joven budista a manos de varios musulmanes en el Estado de Rakhine (oeste) desató otra ola de violencia interreligiosa que costó la vida a 163 personas y dejó más de 100.000 desplazados, de los que gran parte aún continúa en campamentos de refugiados.

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