Líder suní libanés rechaza los llamamientos a la revolución y a desertar

  • El ex primer ministro libanés y líder político de la comunidad suní, Saad Hariri, rechazó hoy los llamamientos a una revolución suní en el Líbano, y a la deserción de sus correligionarios de las filas del Ejército para unirse a grupos yihadistas.

Beirut, 28 oct.- El ex primer ministro libanés y líder político de la comunidad suní, Saad Hariri, rechazó hoy los llamamientos a una revolución suní en el Líbano, y a la deserción de sus correligionarios de las filas del Ejército para unirse a grupos yihadistas.

Esas ideas no se corresponden "de modo alguno" con las "aspiraciones, objetivos y realidades" de la comunidad suní libanesa y de las fuerzas políticas de esa confesión, dijo Hariri en un comunicado.

Sus declaraciones responden a los llamamientos lanzados en los últimos meses por clérigos salafistas libaneses y por los propios grupos extremistas, que además han difundido vídeos de soldados desertores que instan a sus compañeros a adherirse al Frente al Nusra -filial de Al Qaeda en Siria- o al Estado Islámico (EI).

"Es un complot sospechoso destinado a poner fin a la fórmula libanesa (de coexistencia) para reemplazarla por miniestados basados en el sectarismo", denunció el dirigente suní del partido Futuro y de la coalición Fuerzas del 14 de Marzo.

Estos grupos son pro occidentales y contrarios al régimen sirio de Bachar al Asad, al que Hariri acusó de estar detrás de lo que sucede en el Líbano.

Hariri también expresó su rechazo y condena a "los llamamientos a los suníes a desertar de las filas del Ejército para unirse a los grupos armados".

Los radicales alegan que el grupo chií Hizbulá, que combate en Siria junto al régimen sirio contra los rebeldes, controla el Líbano y que el Ejército libanés está supeditado a este movimiento.

Un número reducido de soldados ha desertado estas últimas semanas tras los combates que opusieron, en agosto pasado, al ejército y a los grupos yihadistas en la región de Arsal, limítrofe con Siria.

27 soldados y policías fueron tomados como rehenes por los yihadistas, entre ellos el Estado Islámico (EI), que amenazó con decapitar hoy a tres de ellos si el Gobierno no responde a sus demandas.

Desde el viernes pasado se han recrudecido además los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los radicales en el norte del país, sobre todo en la región de Akkar y en la ciudad de Trípoli.

Al respecto, Hariri afirmó que estos incidentes son "una pequeña muestra del incendio que se declaró en Siria", cuyo conflicto considera ha influido en la situación en el Líbano.

Acusó además a "algunas partes libanesas de arrojar aceite sobre ese fuego con el pretexto de proteger las aldeas fronterizas o de llevar a cabo una guerra preventiva para impedir la llegada de los extremistas al Líbano".

"Llegó el momento de poner fin a los choques en la frontera y en el frente sirio. No hay otra alternativa para neutralizar el Líbano de la cuestión siria", concluyó.

Por su parte, su rival Hasan Nasralá, secretario general de Hizbulá, acusó anoche a Arabia Saudí de ser "el principal responsable de los actos extremistas y de su islam falsificado".

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