Los benedictinos retoman la lucha por la paz que iniciaron en la Edad Media

  • Los monjes benedictinos no se rinden ante los conflictos actuales y se comprometen a seguir trabajando por la paz como lo han hecho desde la Edad Media, según se ha puesto de manifiesto en la celebración del primer congreso internacional sobre "El Monacato Benedictino y la cristianización de Europa".

Almudena Domenech

Madrid, 13 jul.- Los monjes benedictinos no se rinden ante los conflictos actuales y se comprometen a seguir trabajando por la paz como lo han hecho desde la Edad Media, según se ha puesto de manifiesto en la celebración del primer congreso internacional sobre "El Monacato Benedictino y la cristianización de Europa".

Así lo ha asegurado en una entrevista con Efe Santiago Cantera Montenegro, autor de más de quince libros sobre la Edad Media y prior del Valle de los Caídos, donde se reúnen hasta el domingo expertos de todo el mundo y que clausura hoy el cardenal Antonio María Rouco Varela.

PREGUNTA: ¿Cree que los mandatarios europeos actuales son sensibles a los planteamientos cristianos?

RESPUESTA: En general, pienso que no, aunque los haya. Lamentablemente, hoy la política se mide sobre todo por el cálculo del éxito electoral, y parece que decantarse por un reconocimiento de la esencia cristiana de Europa podría ser políticamente incorrecto e ir contracorriente de lo que se lleva.

P: ¿Qué pueden y van a hacer ustedes para cambiar esta situación?

R: Los benedictinos tenemos ante todo que combatir con nuestra oración y nuestro testimonio de vida. San Benito indicó a sus monjes la hoja de ruta en un momento de crisis y de convulsión, como era el de la desaparición del Imperio Romano en Occidente y la avalancha de los pueblos bárbaros. Sus monjes edificaron Europa y la civilización occidental sin pretenderlo, simplemente esforzándose por cumplir su misión fundamental: buscar a Dios.

P: ¿Ve posible una solución al problema de la inmigración en Europa al que calificó el Papa de "vergüenza" cuando murieron cientos de inmigrantes en el naufragio de Lampedussa?

R: Ante el problema de la inmigración es muy fácil caer en la demagogia en dos direcciones opuestas: la xenófoba o la pseudohumanista. Hay que afrontarlo con realismo y a la vez con justicia y caridad.

P: ¿Qué opina de la escasa repercusión que tiene la persecución de cristianos en el mundo islámico, cuando han sido asesinados también benedictinos, como narró la película De dioses y hombres?

R: Esto refleja muchas veces la hipocresía del Occidente actual. Cuando existen intereses económicos o de algún país aliado en el mundo islámico, se produce de inmediato una intervención diplomática e incluso militar. Pero ante la persecución sistemática y continua a los cristianos, lo que se extiende desde casi todos los gobiernos es prácticamente el silencio.

P: ¿Cree que el conflicto en Ucrania pueda enfriar las relaciones entre las iglesias católica y ortodoxa?

R: La Iglesia ortodoxa es pluricéfala, es decir, está muy dividida en patriarcados autónomos. Eso explica que las relaciones de la Iglesia Católica sean diversas con las ortodoxas de Oriente: más fluidas con unos patriarcados y más difíciles con otros. El conflicto de Ucrania podría afectar tal vez a las relaciones con el Patriarcado de Moscú, pero no en general.

P: Ante los problemas aludidos, ¿Cuál es la principal aportación que los benedictinos pueden realizar para lograr la paz?

R: El lema de la Orden de San Benito es "Pax". La paz del mundo sólo puede nacer de la cruz redentora de Cristo, porque él nos enseñó desde ella a perdonar y amar al enemigo, y a saber afrontar el sufrimiento con esperanza sobrenatural.

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